En la actualidad se conocen cerca de 22 poblaciones que corresponden a pequeños bosquetes nativos rodeados de plantaciones forestales.
El Queule (Gomortega Keule) es un árbol único en su especie dentro de su género, endémica y propia de la zona central de Chile, sin familia cercana, a diferencia de otros árboles nativos, como el Roble, Lenga, Coigue, que pertenecen a la familia de los Nothofagus.
El Queule al igual que el Canelo es pariente de las primeras plantas con flores que aparecieron en el planeta. Su data se estima hace unos 100 millones de años en nuestro territorio, y fue declarado Monumento Nacional en 1995, prohibiéndose su tala.
Hoy en día, el Queule se encuentra en áreas muy discontinuas de la Cordillera de la Costa, entre el sur del Río Maule y el Sur de la Cordillera de Nahuelbuta, donde actualmente se conocen cerca de 22 poblaciones que corresponden a pequeños bosquetes nativos rodeados de plantaciones forestales.
La Seremi del Medio Ambiente, a través de la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas, ha impulsado diversas acciones en busca de la conservación de esta especie de árbol debido a su relevancia en la biodiversidad de nuestro territorio.
“Somos conscientes que tenemos ecosistemas degradados, particularmente porque somos una región diversa en todo índole de materias, ya sea por la gran variedad de industrias presentes en la región, la expansión urbana a través de la construcción inmobiliaria, acciones humanas como la tala de árboles o especies endémicas o nativas que generan un gran daño a la biodiversidad, entre otras acciones. Por ello, hemos estado trabajando muy de cerca con la iniciativa Conservación de Especies Amenazadas para impulsar acciones de conservación, pero que también apunten muy de cerca a la educación ambiental, la cual es clave para que podamos traspasar conocimientos, porque lo que no se conoce, no se cuida”, comentó Mario Delannays, Seremi del Medio Ambiente.
El queule posee una muy baja regeneración natural, lo que hace difícil su recuperación natural y capacidad de repoblar naturalmente con árboles territorios aptos para el crecimiento de la especie. Por este motivo, parte de los esfuerzos de conservación de la especie pasan por poder producir plantas en viveros, que luego puedan ser establecidas en campo. Sin embargo, hoy día los resultados de éxito en la plantación del Queule no son para nada promisorios.
“Solo como dato histórico, la estadística indica que solo un 8% de estas plantas sobreviven. Por otra parte, son escasos los esfuerzos por determinar técnicas adecuadas de plantación, y contadas con los dedos de la mano las experiencias que permiten entregar resultados. Por eso estamos siendo bastante osados para evaluar nuevas alternativas que nos den mayores certezas en que la forma de plantación va a traer consigo buenos resultados para este árbol”, sostuvo la autoridad ambiental.
Como parte de las acciones a realizar por parte del Proyecto GEF, durante la temporada 2020 se están llevando a cabo ensayos de establecimiento de plantas de Queule con el fin de probar el éxito de un determinado método de establecimiento y poder obtener resultados preliminares o indicios que puedan orientar futuras acciones a mayor escala para la plantación en campo de la especie.
Para Pablo Azúa, extensionista de Queule de esta iniciativa señala que “la importancia de la realización de estos ensayos es alta, con el fin de poder ir descubriendo las técnicas apropiadas para que un queule pueda sobrevivir en campo luego de una acción de reforestación. No podemos todavía proyectar acciones de restauración masiva con la especie, sino superamos las barreras que impiden tener resultados exitosos de plantación.”
Para las faenas de plantación en este proceso de ensayos, se realizan en predios de colaboradores de la iniciativa, donde sus propietarios y/o administradores poseen compromiso para hacerse parte de los ensayos a través de su monitoreo y cuidado general.
En la comuna de Tomé, se han plantado 50 plantas de Queule en el predio “Rancho Grande”, propiedad de Jorge Silva Medina, quien señaló que “me encuentro tremendamente motivado con poder aportar al conocimiento del queule y sus técnicas de plantación. Siempre me han gustado las especies nativas, y especialmente el Queule, que para mí es un árbol único y mágico del bosque chileno. Voy a poner todo mi esfuerzo y conocimientos locales para que estos ensayos sean de utilidad para todos quienes estamos en esta cruzada por salvar la especie”.
Finalmente, los primeros resultados estarán disponibles para su análisis en otoño de 2021. Será en esas fechas donde se podrá hacer una pre-evaluación respecto a la sobrevivencia de las plantas, crecimiento y otras variables que otorgarán luces sobre cómo trabajar con las mejores técnicas para el repoblamiento de la especie.
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