El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Calama condenó a penas efectivas de 6 y 11 años a un sujeto por los delitos reiterados de violación impropia y abuso sexual contra su propia hija.
Los hechos comenzaron a ocurrir en 2014, cuando la menor tenía 10 años de edad. El sujeto esperaba a que la menor se durmiera para realizarle tocaciones.
Sin embargo, con el pasar de los años, los abusos fueron agravándose. En 2016, mientras la víctima dormía junto a sus dos hermanas menores, el sujeto procedió a violarla en el domicilio que compartían. Esta acción la repitió en 2017.
Desde el Tribunal remarcaron que «los presentes hechos fueron acreditados mediante la versión de la niña víctima (…), quien relató en forma clara, lógica y verosímil la dinámica fáctica asentada».
Además remarcaron que su declaración «fue complementada y guarda coherencia externa con aquella prestada por la testigo de develación (…) , madre de la ofendida y que fue complementado por los datos de contexto que otorgaron los testigos de cargo».
De la misma forma, un peritaje sexológico logró acreditar los abusos prolongados en el tiempo y que el sujeto es padre de ella.