Después de más de ocho décadas de trayectoria, llega el emotivo final de una historia que ha estado presente en la vida de generaciones de estudiantes chilenos. Rhein Chile, la firma emblemática vinculada a la familia Ordóñez desde su fundación en 1939, ha presentado una solicitud de liquidación voluntaria al 23° Juzgado Civil de Santiago. Este martes, un capítulo dorado en el negocio de útiles escolares y artículos de oficina llega a su cierre.

De manera paralela, su filial dedicada a productos de fiestas y cumpleaños, Argos, ha seguido el mismo camino, presentando su solicitud de liquidación voluntaria ante el 3° Juzgado Civil de Santiago.

Este conmovedor desenlace se teje en una narrativa de dificultades que Rhein ha enfrentado durante los últimos años. La empresa ha luchado contra la pérdida de participación de mercado, costos en constante aumento y márgenes de ganancia cada vez más estrechos. Un pesado endeudamiento bancario ha sido una carga insuperable en un camino hacia la reestructuración que se antojaba inalcanzable.

Las deudas de Rhein y Argos

Los documentos presentados ante la justicia revelan una deuda de $11.592 millones por parte de Rhein Chile y $4.400 millones de parte de Argos Chile. En su mayoría, estos compromisos financieros son con instituciones bancarias. Security lidera la lista de acreedores de Rhein con un 25,9% de la deuda, seguido de Santander (11,9%), Scotiabank (5,6%) y Banco de Chile (5,2%). En el caso de Argos, el 24,7% de su deuda pertenece a Banco Scotiabank, mientras que el Banco Estado sigue a distancia con un 7,6% de la misma.

Cada una de estas compañías, que han formado parte de la vida de tantos chilenos, cuenta con un equipo de 103 empleados, según las nóminas presentadas junto con la solicitud de liquidación voluntaria. El abogado Álvaro Parra Vergara ha sido el encargado de representar a ambas empresas en este triste proceso.

En un giro emocional, los documentos presentados ante los tribunales destacan que ambas empresas han sido calificadas como «grandes empresas» debido a que sus ingresos anuales superan las 100,000 unidades de fomento, equivalente a más de $3,600 millones, durante el último año calendario, es decir, en el año 2022.

Los negocios previos que no resultaron

Un capítulo destacado en esta historia que toca el corazón de muchos chilenos es la adquisición de Argos. En 2009, Rhein anunció la compra de esta empresa especializada en artículos para fiestas, que era la principal licenciataria de productos de Disney en esta categoría. La transacción, que se cerró por un monto cercano a los US$5 millones, representó la mayor inversión en la historia de Rhein. En ese entonces, Rhein vendía alrededor de $15,000 millones, mientras que Argos generaba unos $7,000 millones en ventas. Con esta operación, Rhein se convirtió en el líder con el 60% del mercado de productos de fiestas, el 30% en artículos de oficina y el 20% en útiles escolares.

Este desgarrador final se vio preludiado por un acontecimiento que se desveló en las páginas de la prensa el miércoles anterior. Uno de los acreedores de la empresa, Inversiones Dacobo, había solicitado la quiebra del Grupo Rhein. Esta sociedad buscaba el pago de una deuda pendiente desde la compra de Globopolis, otra adquisición realizada por la empresa en 2018. La demandante exigía 24,082 UF a Rhein Chile.

Hoy, con una historia que abarca más de ocho décadas, Rhein Chile y Argos enfrentan un adiós que emociona y conmueve a quienes han compartido sus productos y momentos especiales a lo largo de los años. Su legado perdurará en la memoria de muchos chilenos como un símbolo de calidad y tradición en el mundo de los útiles escolares, artículos de oficina y productos de fiestas.

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