Ubicada a un costado de dos importantes afluentes de la provincia de Biobío, la comuna de San Rosendo da a conocer que su historia ferroviaria está lejos de ser olvidada y hoy más que nunca, se encuentra viva.
La historia de esta comuna comienza con la construcción del fuerte en el cerro Centinela, destruido en 1655, y reconstruido nuevamente para sucumbir en 1823. Finalmente, y tras varios intentos, se fundó en 1826, San Rosendo, lo que representó un gran cambio a nivel industrial y comercial.
El auge de este sector fue la construcción de su ramal, cuya extensión comenzó con el de Chillán – Talcahuano en 1869, lo que rápidamente derivó en la vinculación de San Rosendo – Angol. Así, el 10 de junio de 1872 se inauguró el segmento y la estación San Rosendo, cuya construcción finalizó un año después.
Posteriormente, a finales de 1894, se adquirió un terreno de 13 hectáreas para construir una estación más grande y las oficinas de ferrocarriles. En 1890, se edificó el puente ferroviario que unió a la comuna con Laja.
Los cambios ferroviarios en el siglo XX
Con el pasar de los años y la necesidad de tener sistemas operativos y zonas para el mantenimiento, el sector cumplió un importante rol en el desarrollo de las locomotoras y vagones. Incluso, ya en el siglo XX, en agosto de 1923, se autorizaron los trabajos de reparación de la sala de máquinas de la estación.
De esta manera, en 1929, se inició la construcción de un conjunto de edificaciones industriales en San Rosendo para poder satisfacer las necesidades del mantenimiento de las maquinarias, especialmente las de vapor.
Estas incluían la épica sala de máquinas y la gran carbonera, además de otros sectores para el personal, obras que concluyeron en 1934 y formaron parte de la red más grande del país en esta materia.
En 1939, se produjo el terremoto de Chillán, que afectó en gran parte la infraestructura de la estación, provocando que algunas quedaran inutilizables. Recién a finales de los años 40 se pudo recuperar parcialmente lo dañado.
Sin embargo, como ocurre en algunas zonas, la actividad ferroviaria en Chile tuvo una impactante disminución en los años 70, lo que trajo consigo una crisis para San Rosendo, llegando incluso al estado de abandono y deterioro de las instalaciones del complejo.

La llegada del nuevo siglo
Aun así, la historia quiso mantenerse, ya que la modernidad llegó en la década de los años 1990, cuando comenzaron las operaciones del servicio Corto Laja, que unió a San Rosendo con Concepción. En 2002, llegó el servicio “Automotor Nocturno Alameda – Talcahuano«, que reemplazó al Antiguo Rápido del Biobío.
Posteriormente, ante la necesidad de tener una mejor calidad operacional, en 2013 se iniciaron las obras de la nueva estación San Rosendo, las cuales finalizaron en los primeros meses de 2014. Esta se encuentra a solo metros de la antigua estructura, que aún sigue en pie y muestra el paso de la historia.
A estas alturas, las antiguas estructuras, como la sala de máquinas, la carbonera o el gran “coliseo”, quedaron por muchos años en el olvido, y algunas locomotoras y vagones fueron trasladados a una plaza, convirtiéndose en un museo al aire libre que ha maravillado a quienes visitan el lugar.
Hoy en día, gracias al trabajo que realizó la comunidad y autoridades, en mayo de 2023 el complejo ferroviario se declaró como Monumento Histórico Nacional, conservando elementos importantes y estructuras únicas.

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