Como un hito, superando un antiguo récord que mantenía un país europeo, la cuna de la longaniza en nuestro país entra a la historia, hasta que sea superado con la cama más grande del mundo.
Una iniciativa que va en ayuda humanitaria motivó a romper en Chillán el récord de la cama más grande del mundo, el cual mantenía Países Bajos desde el año 2011.
Esto se logró gracias al trabajo de la agencia de ayuda humanitaria Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, ADRA, donde se montó una cama con medidas de 19,52 por 32,72 metros, y que pesaba casi catorce toneladas.
Este triunfo se pudo concretar con el apoyo de seis mil conquistadores, scouts, sumado a la colaboración de varias empresas privadas que participaron en la capital de la región de Ñuble.
Esta iniciativa va, para ADRA, más allá de obtener un reconocimiento local e internacional, sino que también incentiva una campaña que mantienen llamada “Un Niño, Una Cama”, la cual ayuda a menores en situación de pobreza o que hayan sido afectados por desastres y también en condiciones de vulnerabilidad de derechos.
Sobre los materiales utilizados para su construcción, estos provienen de donaciones de colaboradores, los cuales posteriormente se desmontan y serán usados para un nuevo propósito; por ejemplo, las planchas de madera se reutilizarán para mejorar viviendas en situaciones precarias.
Además, los colchones fueron prestados por los scouts que estaban acampando cerca de la instalación; por otro lado, los cobertores, fabricados para este récord, están destinados a niños en condiciones vulnerables.
Cabe señalar que ADRA dará camas nuevas a los niños y adolescentes, los cuales serán equipadas completamente, es decir, con sábanas, colchones de espuma nuevos, almohadas y frazadas.
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