Un impactante número de fallecidos se han acumulado en Kenia debido a una secta cristiana del sur del país, cuyos seguidores fueron persuadidos para ayunar hasta la muerte con la creencia de encontrarse con Jesucristo. La Policía informó que el balance de presuntos miembros fallecidos ha aumentado de 372 a 384, tras el descubrimiento de nuevos cadáveres enterrados en un bosque.

Según la comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, hasta el momento se han rescatado con vida a 95 personas, mientras que 613 individuos continúan desaparecidos. Las autoridades han recolectado 253 muestras de ADN de posibles familiares para identificar a los fallecidos.

En el bosque de Shakahola, ubicado en el condado costero de Kilifi, se ha llevado a cabo la cuarta fase de exhumaciones. Se descubrieron al menos cuarenta tumbas y fosas comunes adicionales. La mayoría de los cuerpos relacionados con lo ocurrido en la llamada «masacre de Shakahola» han sido desenterrados en este bosque de más de 320 hectáreas, mientras que solo unos pocos murieron en el hospital después de ser rescatados en estado crítico.

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Según los informes del patólogo jefe del Gobierno, Johansen Oduor, de los 338 cuerpos examinados hasta ahora, 117 eran menores de edad y 201 adultos. Además, se encontraron 20 cuerpos en avanzado estado de descomposición, dificultando la determinación de su edad. Las autopsias revelaron signos de inanición en todos los cuerpos, y algunos niños presentaban rastros de estrangulamiento y asfixia.

Las primeras investigaciones policiales sugieren que los seguidores eran forzados a continuar el ayuno en contra de su voluntad. Hasta el momento, se han detenido a 37 sospechosos, incluido el líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie. Este caso ha generado conmoción en el país y el ministro del Interior de Kenia, Kithure Kindiki, ha acusado a las fuerzas de seguridad y al sistema judicial de negligencia. Kindiki compareció ante una comisión del Senado para investigar los hechos, argumentando que no se tomaron medidas adecuadas a pesar de las denuncias previas contra Mackenzie, quien ya había sido arrestado en marzo por la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero se le otorgó la libertad condicional.

Paul Mackenzie, ex taxista y actualmente bajo custodia policial desde el 14 de abril, lideraba la secta conocida como Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).

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