Por Germán Palma Pérez (enviado especial a Argentina)

El Contraste decidió conocer en propiedad el viaje que en un poco más de dos horas conecta de manera directa y sin escalas a Concepción con Buenos Aires y que, a la fecha, genera altas expectativas, tanto en Chile como al otro lado de la cordillera.

La apuesta es de la aerolínea Jetsmart, que desde el 20 de marzo inició sus operaciones desde Carriel Sur, con vuelos disponibles los lunes, miércoles y domingos y que despierta el interés de viajeros en ambos países, dada la posibilidad de acceder al comercio y turismo local. De hecho, cada vez está siendo más común apreciar personas vistiendo la camiseta albiceleste en comercios, bares, restoranes y centros turísticos del Biobío.

¿Pasará lo mismo en tierras ché? Quisimos resolver esta interrogante acompañando a Eduardo, un angelino que, como buen sureño, se auto define como “amante de los asados, el vino y el fútbol”; panorama perfecto que intenta realizar los fines de semana junto a su familia y amigos. “Es algo que me gusta mucho hacer, ya que no hay nada mejor que compartir alrededor de una parrilla con gente que uno quiere y sin son futboleros, mejor aún”, confiesa.

Hoy, a sus 46 años, decidió repetir el placer que le provocan sus aficiones, pero esta vez en la mismísima “ciudad de la furia” como la bautizó en su reconocida canción el grupo Soda Estéreo, metrópolis que, con sus más de 12 millones de habitantes, se constituye en uno de los centros urbanos más grandes y cosmopolitas de Sudamérica. “Imagínate que desde que salí de mi casa en los Ángeles hasta que llegué al hotel, no pasaron más de cuatro horas, cosa que lo encuentro maravilloso, ya que no pierdes tiempo en escalas innecesarias y lateras en Santiago, donde a veces tienes que estar muchas horas esperando la conexión”, nos cuenta nuestro compañero de viaje, quién además detalla que el aeropuerto penquista está preparado para los vuelos internacionales, ya que los trámites de extranjería se ejecutan de forma rápida y expedita. “Uno no se demora nada de nada en pasar los puestos de la policía (PDI), quizás por el vuelo no es tan conocido aún, pero ojalá que siga así, ya que de verdad es muy expedito todo”,asegura.

Y está en lo cierto, ya que este trámite no se extiende más de 20 minutos, desde que accedes al sector internacional, hasta que ya estás a bordo de la aeronave.

Y así, en menos de un abrir y cerrar de ojos, Eduardo y nosotros ya estábamos en nuestros asientos de un cómodo avión que nos trasladaría al vecino país y en donde, al solo instante de entrar en su fuselaje, nos empezamos a familiarizar con el acento argentino. “Holá, como vás, bienvenido a bordo” fue lo primero que escuchamos de Marcela, una de las tripulantes. Luego vino el “Cross check y reportar” del piloto, también argentino, momento previo al encendido de motores, señal inequívoca que la travesía había iniciado.

Divisar desde el aire el río Biobío y luego el mar del Golfo de Arauco fueron señales de que estábamos dejando atrás la región. Al poco rato se vino la frase “pasajeros, por favor abrocharse los cinturones y prepárense a disfrutar de las cumbres más altas de América”,y con ello un espectáculo sobrecogedor ante nuestros ojos que desde las alturas presenciaron la majestuosidad de la Cordillera de Los Andes.

Tras esa experiencia visual, que también estuvo acompañada por las características turbulencias que provocan los cordones montañosos, nos entregamos al sueño propio del cansancio y las emociones acumuladas, pestañeo que duró muy poco ya que en un par de minutos estábamos escuchando de nuevo al capitán del avión, pero esta vez avisando que estábamos por llegar a destino. “Señores pasajeros, ya estamos prontos a aterrizar. Les informamos que Buenos Aires nos espera con un clima agradable, cielos despejados y una temperatura de 26 grados. Agradecemos su preferencia y los invitamos a seguir prefiriendo a Jetsmart”. Y así, como si nada, ya estábamos en nuestro destino y parecía casi increíble que no habían pasado más de cuatro horas desde que salimos de Los Ángeles.

Asados, bares y buen fútbol

¿Qué puede hacer un angelino en tierras bonaerenses? Acá te entregamos alternativas, todas muy entretenidas y convenientes para el bolsillo.

De partida, la oferta en hospedaje es muy variada, donde puedes encontrar desde hoteles de todas las estrellas y cuyos precios fluctúan entre los 80 mil a los 300 mil pesos por noche, hasta departamentos y piezas que se alquilan a través de plataformas de internet y cuyos valores no sobrepasan los 100 mil, dependiendo, eso sí, del lugar donde están ubicados, ya que en sectores más acomodados, como Recoleta o Palermo, (algo así como Las Condes y Providencia) los precios suben de manera notoria y exponencial.

Para que se haga una idea, un dólar americano equivale a 960 pesos argentinos, cifra muy parecida a como fluctúa nuestra divisa, por lo que diríamos que los precios son muy similares en ambos países.

Por otro lado, si eres de los que te gusta la buena mesa, Buenos Aires se convierte un verdadero paraíso culinario, gracias al exquisito sabor de las carnes asadas, medias lunas, milanesas y los deliciosos dulces de leche, verdaderos manjares que puedes disfrutar en cada calle o esquina de sus vistosas y amplias avenidas, como Corrientes, 9 de Julio y Belgrano, entre otras.

Un restaurant donde no puedes dejar de ir es “Hierro” que, con una vistosa y entretenida arquitectura, conjuga estilo moderno y vanguardista de sus salones, con la tradicional y sabrosa parrilla argentina que, a la vista de los comensales, ofrece diversos cortes de vacuno, cerdo y pollo. Mención especial son sus postres, una verdadera tentación al paladar que no dejarás de disfrutar en cada momento. Este innovador local se encuentra situado en pleno corazón de Palermo, bohemio sector boneaerense.

Las visitas guidas también son una real alternativa para conocer y disfrutar de las bondades de la ciudad, ya sea por medio de un city tour o de manera particular. En ambas opciones, te recomendamos visitar Plaza de Mayo, lugar donde te encontrarás con la Casa Rosada, además de la Catedral Católica y los principales edificios de la nación trasandina.

Otro lugar que, si o si, tienes que conocer es Puerto Madero, zona de edificios que adornan la costanera del Río de la Plata, flujo acuático que se conecta con el Océano Atlántico y que puedes recorrer sobre una embarcación que navega en plena puesta de sol y que te permite capturar hermosas fotografías del entorno.

“Vámos los cuervos”

En pleno corazón de un populoso sector denominado “Bajo Flores” se emplaza el “Nuevo Gasómetro” estadio donde el afamado club de fútbol “San Lorenzo de Almagro” hace de local y donde en cada encuentro se da cita una de las huinchadas más fieles del balompié de ese país.

Al saber que los también denominados “Gauchos de Boedo” o “Los Cuervos” jugaban de local justo un sábado de nuestra estadía, decidimos comprar entradas a través de uno de sus socios y desplazarnos hasta aquel reducto para sentir la emoción que reviste el presenciar un cotejo de unos de los elencos más importantes y afamados de Argentina. Y la experiencia fue sencillamente notable, ya que fuimos testigos de como más de 50 mil personas no cesaron de alentar a su escuadra que, pese a que perdió frente a “Defensa y Justicia”, jamás dejó de sentir el aliento que a cada segundo brotaba de las gargantas de sus fieles hinchas.

Fueron 90 minutos emocionantes, en los cuales nos transformamos en un cuervo más y donde comprobamos que el argentino vive el fútbol de una manera apasionada, dejando en evidencia porqué son los actuales campeones del mundo en ese deporte.

Y, así, finalmente, llegó el día de nuestro regreso a Los Ángeles, atrás quedaban cuatro jornadas llenas de vivencias y emociones, ricos platos y hermosos lugares que pudimos disfrutar junto a nuestro amigo Eduardo. Buenos Aires nos despidió con un sol radiante y con la invitación a regresar cuanto antes, total ahora está más fácil y accesible que nunca.

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