Una nueva medida para dar con el paradero del pequeño Tomás Bravo se sumó la tarde de este martes. El Juzgado de Garantía de Arauco accedió a la solicitud de la fiscal Carolina Molina para acceder al tráfico de llamadas de los teléfonos de familiares del menor, que ya suma siete días desaparecido.
Esta diligencia quedará a cargo de la Brigada de Homicidios de la PDI, y en concreto se revisarán los celulares de la madre, el padre y el tío abuelo, última persona que vio al menor antes de su desaparición el pasado miércoles, mientras buscaban vacas en el sector rural de Caripilún.
Además se le solicitó a las compañías telefónicas revisas los tráficos de mensajes de textos y Whatsapp, la georreferenciación de sus móviles al momento de conocer el suceso y la ubicación de las antenas. Según detalla BioBioChile, esta medida se implementará desde el 14 de febrero, tres días antes de que desapareciera el menor.
En cuanto a la búsqueda, se amplió a 18 puntos las zonas donde se realizan diligencias y se barajan tres líneas investigativas y una posible cuarta: accidente fortuito, la intervención de terceros y un accidente cercano al inmueble. La cuarta, sería la de un posible atropello o secuestro, ya que la zona donde se perdió está cercana a una ruta.
Moisés Bravo, padre de Tomás, comentó sobre lo que han sido estos días que «me aferro a la idea, lo que me da más esperanza, es que alguien lo tenga y no lo quiera entregar, ya sea por miedo a toda esta contingencia o quizás porque simplemente aprovecharon la situación para llevárselo».
Además de esta medida, se revisarán las fotografías que tomó el avión del Servicio Aerofotogramétrico de la FACh en el radio de búsqueda del menor, que abarca unos ocho kilómetros. También está trabajando una retroexcavadora y un ejemplar de la Brigada de Adiestramiento Canino de la PDI.
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