Casi once años debieron pasar para poder dar con el paradero de una persona que había desaparecido en Toltén. Gracias al descubrimiento de unos pescadores, se pudieron realizar los exámenes de ADN y, con esto, confirmar de quién se trataba.
Luego de un extenso proceso de análisis forense, la Fiscalía de Villarrica confirmó que los restos óseos descubiertos en diciembre pasado en las orillas del río Toltén corresponden a Pablo Antonio Navarro Carrasco, un hombre de 53 años cuyo rastro se perdió en 2014, lo que motivó el despliegue de distintos recursos para dar con su paradero.
En este sentido, el fiscal José Manuel Ramírez detalló que la identificación se logró mediante un peritaje de ADN realizado por el Servicio Médico Legal. Una vez obtenidos los resultados, la familia del fallecido fue informada de manera oficial sobre el hallazgo, en el marco de las diligencias investigativas.
Desde el momento de su desaparición, se llevaron a cabo diversas diligencias para encontrarlo, especialmente luego de que testigos afirmaran haberlo visto momentos antes de que se perdiera su rastro. A esto se sumaron las labores de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones y su inclusión en la lista de personas desaparecidas de la institución.
Cabe señalar que todo este procedimiento se llevó a cabo luego de que unos pescadores encontraran osamentas, entre ellas un cráneo. Posteriormente, el ADN fue comparado con el de los familiares de dos personas desaparecidas que podrían coincidir, incluyendo a un joven desaparecido desde 2016.

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