En tiempos que nos recluimos a lugares de paz, los que tenemos el privilegio de tener un lugar donde pasar esta pandemia, nos vemos diariamente en Los Ángeles, expuestos a las hordas de cazadores cual talibanes en camionetas recorren los campos con autorización o sin ella, en busca de aves silvestres en extinción para matarlas.
No es solo este hecho que producen, si no los ruidos molestos, con cinco o 10 escopetas de repetición sonando durante la noche, llegando a disparar casi 200 tiros en una mañana.
Los niños y ancianos encerrados en sus casas por temor a tratando de desentenderse de los ruidos impotencia que significa no poder terminar con esto, que es una forma más de llamar a la anarquía y la violencia ¿Quién es capaz de terminar con esto? ¿Es un método más para relativizar la venta y tráfico de armas en forma sombría y soterradamente legal? ¿Una manera más de mantener tranquilos a los cultores de ignorancia? ¿Se atreve usted a increpar a 5 tipos armados y decirles que lo dejen dormir o descansar tranquilos en su parcela? ¿Se puede llamar un deporte provocar la extinción de nuestras aves silvestres, que más de alguna función positiva cumplen en la naturaleza? ¿Tendremos que soportar esto todos los años? Esto empieza incluso en toque de queda, luego con todo a las cinco de la mañana y el día domingo.
Los vecinos, a saltos algunos, están poniendo letreros que dicen ‘prohibido cazar’ y algunos los destruyen a balazos. El respeto no es su atributo.
También se ven incrementado robos, por esta gente que entra a las propiedades privadas. Para qué decir de las aves en peligro de desaparecer, ya ni se ven aves en nuestras parcelas o campos. Ya es hora de terminar con esto, no es la única forma de ganarse la vida, vendiendo unas armas, en las ciudades como un aporte social o de desarrollo, es solo miseria, depredación y delincuencia.
Las fuerzas armadas y de orden son las únicas que si deben usarlas y tienen un lugar específico para hacerlo, nuestros campos ya no son tierra de nadie y tampoco el oeste, ya todos los lugares están habitados a no menos de 200 metros, un tema a consideras por nuestras autoridades, que para esto están.
Nivia Riquelme
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