Me disponía oír una conferencia sobre filosofía china. Una materia poco conocida en occidente y trascendente en la actualidad por cuanto es en ella donde se manifiesta la esencia de este país que hoy, repleta de dudas por esto del virus maldito, avanza a ubicarse en el centro de un debate que vendrá. ¿Este virus es una casualidad del mercado chino que vendió murciélagos para alimento humano o algo más delicado?, ¿Hubo un laboratorio que racionalmente fabricó esta arma mortal y lo extendió a todo el mundo?
EEUU, principal receptor de este virus, con decenas de miles de fallecidos, tiene razonables dudas. Los países europeos, han sido mas cautos pero, las dudas comienzan a surgir.
No pude oír la conferencia porque no hubo interesados y aun mas, se manifestó que no eran tiempo para “oír cosas de los chinos después que ellos no tienen encerrados”, fue la escueta respuesta. Se habían olvidados los buenos augurios del inicio del encierro, alentando reencuentros familiares.
En el estudio de la filosofía, se llega a la esencia del ser individual o social. Se conocen los afanes del universo y aquellos que administran naciones. Nosotros en occidente, somos continuadores de Grecia. Es de tal magnitud Aristóteles, Sócrates, Platón, otros, que todo cuanto es hoy, lo fue hace 2400 años. Ello modeló occidente. Dio estructura incluso a la espiritualidad del ser. Hizo partícipe a los pueblos de su destino y dispuso de un instrumento que lo llamó Ley, para organizar asentamientos humanos, estados, imperios incluso una civilización. Todo ello, sujeto a la naturaleza de las cosas.
Por ellos nos paseamos, en el ámbito de occidente, y pueden ser continentes distintos, lenguas, estructuras sociales diversas, pero en lo principal, nada será tan ajeno a lo que somos, en la intimidad geográfica de nuestro hogar.
En cambio oriente, será distinto… cada vez menos distinto, pero distinto.
Por ello mi afán por Confucio, el Taoísmo, Budismo, hinduismo, todas expresiones espirituales y filosóficas que congregan a cientos de millones de seres humanos. En ellos está la naturaleza de sus acciones, formas de actuar, vivir y convivir. Cada una a su vez, es de largo alcance histórico. La sola observación del pueblo chino, coreano u otra nacionalidad, nos indica la permanencia en sus hábitos y formas de vida.
Los chinos, tienen larga historia de guerras internas, no las tienen hacia el exterior, como al revés, ocurre en occidente que es expansionista por naturaleza. La conquista de oriente es comercial, la de occidente es cultural o militar. Si es así, ¿China ha cambiado su naturaleza disponiendo de un arma letal para, por primera vez en su historia milenaria, conquistar otros mundos? Yo al menos lo dudo.
Mario Ríos Santander