Un testimonio crucial para corroborar la versión de Manuel Monsalve sobre su falta de memoria respecto a los hechos ocurridos entre la noche del 22 y la mañana del 23 de septiembre fue proporcionado por un conserje del Hotel Panamericano. Este empleado afirmó haber visto a Monsalve llegar al hotel junto a su subalterna, quien, según su descripción, se encontraba en mal estado, tambaleándose, mientras que el exsubsecretario parecía mucho más consciente.
De acuerdo con el relato del conserje, dado a conocer por CIPER, la mujer presentaba un comportamiento errático, mientras que Monsalve la sostenía por la cintura. El empleado recordó que el exsubsecretario se veía más firme y consciente en comparación con la denunciante, lo cual se presenta como una pieza clave en la investigación sobre lo sucedido esa noche.
Este testimonio es fundamental para la Fiscalía Metropolitana Norte, que está tratando de conectar esta información con el resto de los hechos ocurridos durante esa madrugada del largo feriado de Fiestas Patrias.
Relato del conserje del hotel donde se hospedaba Monsalve
El relato del conserje detalla con precisión lo ocurrido esa noche. Aseguró que la pareja llegó alrededor de la medianoche, y que reconoció a Monsalve, quien ya lo había visto en ocasiones anteriores, aunque durante el día. Recordó que el exsubsecretario llevaba ropa oscura y colores neutros, mientras que no pudo precisar qué vestía la denunciante.
El conserje también observó que Monsalve optó por un ascensor secundario para subir a la habitación, mientras sujetaba a su subalterna por la cintura y el brazo. Describió que la mujer parecía muy desorientada y tambaleante, y que Monsalve se veía mucho más estable y consciente. Esta escena fue suficiente para que el empleado se sintiera incómodo, ya que percibió que la situación no era apropiada.
“Cuando venían caminando por el pasillo para ingresar al ascensor secundario que no es el principal del hotel, ella se veía muy mal, muy curada, inestable al caminar, se tambaleaba. Él la tomaba de la cintura y del brazo para sostenerla. Cuando pasaron, él hizo un gesto con la mirada como saludándonos. Cuando eso ocurrió, mi compañero me mira como diciéndome ‘qué vergüenza cómo viene’. Y yo pensé que me pareció feo, porque ella venía muy mal, la escena me pareció muy mal.”
“En ese momento le comenté a mi compañero que ella venía muy ebria y mi compañero me dice que sí, que pensaba lo mismo,” relató el conserje.
«Venía mucho más consciente que ella»
Después de llegar a la habitación, Monsalve bajó nuevamente al lobby para solicitar una tarjeta adicional, lo que fue observado por el conserje. Este detalle, en el que se menciona que Monsalve estaba algo embriagado pero mucho más consciente que la mujer, refuerza la impresión de que él tenía pleno control de la situación durante su llegada al hotel.
“Respecto al caballero, venía también bebido, pero mucho más consciente que ella, se veía más firme al caminar, porque él la ayudaba a ella,” añadió el conserje.
En cuanto a la denuncia presentada por la exasesora, ella y su amigo Ricardo Lillo han asegurado que la funcionaria dejó claro que no consentía lo ocurrido en la habitación. La denunciante también ha declarado que durante al menos dos reuniones posteriores con Monsalve, le expresó que no había dado su consentimiento para mantener relaciones sexuales con él.
Estas declaraciones, así como las revelaciones anteriores de CIPER, que indicaron que la mujer ratificó su versión a Monsalve, ponen en duda la versión del exsubsecretario. Ella fue insistente al manifestar que no había consintió lo sucedido en el hotel, algo que se repitió en su declaración formal.
Días posteriores
Luego de estos encuentros, la funcionaria tomó una licencia médica y no regresó a su trabajo en el gobierno. Unos días después, el 9 de octubre, Monsalve solicitó a la PDI que llevara a cabo una serie de gestiones para esclarecer lo sucedido en esa noche, algo que también fue confirmado por un funcionario del Ministerio del Interior ante la policía.
CIPER también reportó que, antes de que la denunciante presentara su queja formal, varios funcionarios del Ministerio del Interior, incluido Monsalve, intentaron contactarla en repetidas ocasiones entre el 9 y 11 de octubre. En total, la mujer recibió nueve llamadas, algunas de las cuales provenían de Gabriel De la Fuente, jefe de gabinete de Monsalve, y otros miembros del equipo de trabajo del exsubsecretario.
El 10 de octubre, Monsalve convocó a Cristina Vilches, jefa de Inteligencia policial, a su oficina en el Palacio de La Moneda. Durante esta reunión, el exsubsecretario expresó su temor de haber sido víctima de una manipulación que le había hecho perder la memoria sobre lo sucedido, lo que a su juicio representaba un riesgo para la seguridad pública, pues en ese momento él ejercía como ministro del Interior (s).
Este encuentro con la jefa de Inteligencia desencadenó una serie de gestiones realizadas por la PDI que actualmente están siendo investigadas por la Fiscalía, quienes indagan posibles delitos de obstrucción a la justicia.