Vacas | Contexto

Un intensa investigación se encuentra realizando el Servicio Agrícola y Ganadero, con ribetes judiciales, en contra de un conocido empresario de Los Ángeles – del cual no se ha revelado el nombre – el cual pretendía realizar una estafa a nivel internacional en el mercado chino.

A micro escala, en Chile conocemos el famoso «Cuento del Tío», donde un sujeto se aprovecha de la confianza y la ingenuidad de las víctimas, para hacer valer su codicia y obtener dinero fácil.

Pues bien, este acto delictual cotidiano que acostumbramos a ver en las calles céntricas de las ciudades, con trucos tan conocidos como el «Pepito paga doble» o la venta de costosos artículos que son cambiados al «cliente» por un jabón o una madera, también ocurren a nivel empresarial.

En este caso, según los antecedentes que se han conocido, el objetivo del presunto timador angelino, era cambiar la identificación que poseen los animales. Es decir pasar «gato por liebre», pero en el lenguaje vacuno.

Para quienes desconocen cualquier tema sobre el rubro ganadero, habrán visto alguna vez un aro que los animales llevan en sus orejas de color amarillo con diversos números. Estos dispositivos son de gran relevancia para todo el proceso de comercialización. Un verdadero carnet de identidad. Con este elemento, se puede hacer toda la trazabilidad y determinar la calidad de cada ejemplar.

Para este ilícito , según se ha reportado en esta situación, se pretendían embarcar animales con sus dispositivos de identificación adulterados a China. Afortunadamente, el SAG lo detectó a tiempo y avisó al gigante asiático del hecho, salvando al tiempo un posible resultado desastroso si ese embarque llegaba a dicho país.

Este lamentable «evento», ha generado el más tajante rechazo de los gremios como Fedecarne, SAGO o Socabio, ya que se podría haber atentado severamente la imagen y la confianza internacional, que ha llevado décadas a cientos de empresarios y gobiernos a construir y donde Chile, está muy bien evaluado por la seriedad de sus procesos.

El Presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío, José Miguel Stegmeier, señaló a El Contraste que «ojalá que aquí se siente un precedente y se puedan cambiar algunos aspectos de la ley para que sean más efectivas las multas».

Esta declaración, la esgrimió el representante del gremio, debido a que la pena a la que se expone el infractor es una simple y absurda multa de 5 millones de pesos «como máximo» por este acto.

Sin embargo, Stegmeier valoró la eficiencia del aparato estatal en el proceso. «En este caso el SAG lo hizo bien porque logró detectar a tiempo el tema y se cumplió el objetivo que cuando alguien envía algo no certificado o que no corresponde sea pesquisado, nosotros lo que criticamos es la actitud es de este exportador indirecto, porque los que exportan son las plantas».

«Si hubiese partido esa carne a China y después se hubiera detectado este asunto, habría sido distinto. Pero no se alcanzó a producir eso, porque China entendió que el SAG lo detectó a tiempo y eso no afectó la imagen país, porque se demostró con esto que el SAG hace las cosas bien», concluyó.