Cada mañana, cientos de personas llegan hasta las distintas sucursales bancarias del país, para poder hacer sus trámites presenciales. Se trata de aquellos que si o si se deben hacer en la sucursal o que producto de los problemas de los clientes con la tecnología, generan que las personas no puedan solucionarlos desde sus casas.
Sin embargo, genera mucha impotencia ver a los adultos mayores, personas con alguna discapacidad, madres o padres que obligadamente deben estar con sus hijos pequeños por no tener con quién dejarlos, en las largas y eternas filas.
Algunos de ellos cuentan que han tenido que esperar 3, 4 y hasta 5 horas para poder hacer sus trámites.
El problema mayor – porque ocurre en todos los bancos – está en Banco Estado. Esta entidad pública, reúne a ricos y pobres, empresarios y pymes y su demanda es notablemente mayor al resto. Por esa razón, siendo que es una empresa del Estado de Chile, debería ser pionera y dar el ejemplo para estas circunstancias, pero no es así. La indignidad es total.
Aquí recogiendo algunas opiniones, más algunas que surgen de El Contraste, le dejamos algunas ideas para mejorar la atención. El invierno ha llegado y no se puede exponer a las personas a filas bajo la lluvia.
- Que las personas puedan pedir hora a través de alguna App Móvil o vía web.
- Que las personas puedan pedir hora de atención vía telefónica.
- Que excepcionalmente el banco atienda durante todo el día.
- Que se utilicen las cajas vecinas de alguna manera que permita ayudar en trámites adicionales.
- Que se instalen sucursales móviles en distintos puntos de las ciudades.
- Incluso si es necesario tener turnos nocturnos. Ya que muchos trabajadores están con medidas especiales de trabajo y deben ir al menos en la mañana y no pueden hacer sus trámites. Atender entre las 18 y las 22 horas con turnos éticos, podría ser una contribución.
Esperemos que la administración del ex ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, a cargo de Banco Estado, permita mejorar la dignidad y la calidad de la atención.
Es hora.
