El 29° Juzgado Civil de Santiago condenó a pagar solidariamente una indemnización de $660 millones de pesos a Clínica Las Condes y a los médicos Solange Sahid, ginecólogo-obstetra, y Fernando Pineda, cardiólogo, por su responsabilidad en el fallecimiento de Romina Rojas, debido a un Tromboembolismo Pulmonar Masivo no diagnosticado a tiempo y que la afectó tras dar a luz mediante cesárea. 

El juez de la causa, Matías Franulic, estableció que existe una relación directa entre la muerte de la joven y el actuar de los profesionales, enmarcado en un conjunto de negligencias agravadas por la especialidad de cada uno. Tal como lo estableció en la sentencia: “No cabe duda de que los médicos demandados no entregaron a la paciente una prestación concienzuda, atenta y conforme a los conocimientos de la ciencia”. Y puso hincapié, además, en la angustia expresada por la joven como “otro motivo de alerta desatendido de la presencia de una trombosis venosa profunda”.

Para Eliot Rojas, padre de Romina, “esta sentencia es muy significativa no por la indemnización, sino porque nos da la razón en lo que hemos sostenido con tanto ahínco. Hemos luchado incansablemente para demostrar que la muerte de nuestra hija fue por un actuar negligente y soberbio de los médicos que la atendieron, y el juez así lo determinó porque existen pruebas fehacientes de ello”.

Agregó: “Esto nos permitirá potenciar la Fundación Romina Rojas Zarhi, la cual creamos hace un año para apoyar a las madres y padres primerizos de escasos recursos en Chile, para que tengan un parto digno y respetado, buscando que no sufran la violencia obstétrica que mi hija debió soportar en sus últimos días”.

Por su parte, Fernando Valle, viudo de Romina Rojas, comentó: “Estamos felices de saber que se está haciendo justicia. Es una lección para que aprendan a escuchar a sus pacientes y a ser más empáticos”.

El fallecimiento de Romina Rojas se produjo 17 días después del nacimiento de su primer y único hijo, debido a un tromboembolismo pulmonar masivo no detectado a tiempo. Según la ficha clínica, la paciente sólo se encontraba “inestable emocionalmente”, no reconocía “sufrir crisis de pánico” y “al intentar incorporarla hace lipotimias con sensación de apretar el pecho y mucha taquicardia”.

Esta sentencia se enmarca en el juicio civil que inició la familia de Romina y que buscaba dictar un precedente sobre la responsabilidad de los profesionales en su fallecimiento y una reparación por los daños morales provocados. Pero, además, existe un proceso paralelo que busca condenar penalmente a los médicos Fernando Pineda y Solange Sahid, como autores de cuasidelito de homicidio, y para lo cual está fijada una audiencia de formalización el próximo 10 de agosto.