Es verdad, la Constitución Política de la República, se ha transformado en texto de lectura obligada. Y lo admirable es que la gente que lo está haciendo, se ha entretenido en el análisis y de su articulado y más que eso, se ha sorprendido lo clara y positiva que es su estructura, redacción, valores y formas de administración en ella contemplado, prácticamente es de aprobación total.
“¿Qué le quieren cambiar?”, es la pregunta que comienza a circular entre los lectores.
A esos lectores, los he invitado a conocer, al menos el artículo primero del resto de las constituciones de América. Se encuentra en Internet. El artículo primero, es lo mismo que la primera puerta para ingresar a la casa. En él queda establecido la primera condición, la primera vista, el saludo de bienvenida.
“La administración de estas disposiciones, en general acogidas por la población, no han tenido la conducción o administración adecuada. Y los responsables de tanto error, han resuelto echarle la culpa a la Constitución de sus propios errores”.
Los que tengan interés en estas “cartas magnas”, se entretendrán conociendo la legislación comparada y se admirarán que nuestro artículo primero, tiene la misma redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aquella proclama que, “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. ¿Y el resto de América? Todas ellas (salvo la peruana), recogen asuntos republicanos en que la democracia y otros, (Bolívar entre ellos), guiarán su estado. Está bien, pero concordemos que lo primero es la persona humana y a partir de él o ella, surge el resto de la cuestión institucional.
Luego, es admirable nuestra preocupación por la familia, también por, “los cuerpos intermedios”, que nos cobijan, (Juntas vecinales, sindicales, iglesias, gremios, centros de padres, comunidades indígenas, partidos políticos, otras), organizaciones éstas, que son nuestro primer contacto social con el resto de la Nación y que las constituciones de América, (y seguramente del mundo), simplemente, ni siquiera mencionan.
Pero la mayor sorpresa, surgió en la lectura del artículo 19 de nuestra Constitución. Aquellos mas estudiosos, teniendo a la vista la Declaración Universal de los Derechos Humanos, comprobaron que aquellos valores universales que protegen al ser humano, alientan, proyectan en sus capacidadesintereses y intereses de vida, se encuentran todos como objetivos permanente en nuestra Constitución.
Por ello esa declaración perentoria en el mismo artículo primero que, haciendo alusión a la Nación chilena, expresa , “..asegurar a las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional”, dando vida, de esta forma a una sociedad cuya diversidad, es un patrimonio que debe conducirse adecuadamente.
Entonces vuelve la pregunta, “¿Qué es lo que se quiere eliminar o cambiar?.
En dicha respuesta hay una cuestión esencial: La administración de estas disposiciones, en general acogidas por la población, no han tenido la conducción o administración adecuada. Y los responsables de tanto error, han resuelto echarle la culpa a la Constitución de sus propios errores. Esta es la cuestión principal y será ahí el punto de resolución de los chilenos. Sin embargo, la lectura constitucional, trae caminos más transparentes en su resolución, por ello, crece la opción “No” en una nueva constitución y se afirma la opción “Si”, en lo que sigue, reemplazar buena parte de los fracasados que se atrincheraron en el actual parlamento.