El triunfo del marxismo en Chile, en aquellos años de 1970, hizo que el joven Andrés Chadwick corriera a sus filas animoso, pletórico de alegría. Poco tiempo antes, los revolucionarios DC, formaron el Mapu. No era suficiente el PC ni menos el PS para “avanzar in tranzar” en la revolución.
«El desorden aumenta, Chile se escapa, los carabineros no dan a basto. Les pegan por el frente y por detrás. No tienen seguridad de sus actos. Chadwick, su jefe, los ha dejado solos»
A Andrés, algo mas cauto y cuidadoso, no se le vio en ninguna marcha, lanza en ristre, pero sí, en el silencio de la retaguardia. El triunfo de Allende, repletó su alma de alegría. Transcurre el tiempo y surge el Régimen Militar, con una Junta de Gobierno a la cabeza. Andrés Chadwick, corre a su encuentro y se abraza con el General Pinochet, prometiéndole apoyo para siempre. En este gobierno, ocupa espacios directivos en ministerios y otras reparticiones públicas. Sus parientes, copan cargos diversos, alcaldía, prensa, secretariados, otros. Culmina dicho gobierno, ha ingresado a la UDI y logra un cargo de Diputado, otro de Senador. Desde esos asientos parlamentarios, dedica su tiempo a “salvar vidas políticas” en los gobiernos de Frei y Lagos. Lo hace bien y se gana la simpatía de los partidos que los sustentan.
«El desorden aumenta, Chile se escapa, los carabineros no dan a basto. Les pegan por el frente y por detrás. No tienen seguridad de sus actos. Chadwick, su jefe, los ha dejado solos»
Asume la Presidencia su primo Piñera, deja el Senado y es nombrado Ministro. Desde ese cargo, se dedica a investigar a los militares y triplica los juicios por presunción en los DDHH. Repleta Punta Peuco. Contrata más abogados, para meter mas presos. Las fuerzas políticas de izquierda, no se cansan de aplaudirlo, lo mismo su primo Sebastián. Sin embargo, llega lo impensado. Anarquistas, comunistas y otros, destruyen sistemáticamente el bien público y privado. Queman Chile. Roban y mueren jóvenes quemados al interior de supermercados saqueados. Chadwick, en medio de las protesta, como responsable del orden, se transforma en un crítico del actuar policial.
El desorden aumenta, Chile se escapa, los carabineros no dan a basto. Les pegan por el frente y por detrás. No tienen seguridad de sus actos. Chadwick, su jefe, los ha dejado solos. Debe irse, el incendio producido bajo su mandato, no tiene símil en la historia. Es reemplazado.
En ese momento, surgen sus amigos, los mismos que por años defendió. Lo acusan constitucionalmente. Él está tranquilo, la centro derecha lo volverá a apoyar y su querida DC y Mapus, repartidos entre PS y PPD, se encargarán de que la acusación no prospere. No fue así. El desorden aumenta, Chile se escapa, los carabineros no dan a basto. Les pegan por el frente y por detrás. No tienen seguridad de sus actos. Chadwick, su jefe, los ha dejado solosEn realidad, ninguno de los que había ayudado, estaban en el Congreso.
Votaron en su contra los que lo vieron actuar hoy. Había perdido. Su presencia en el Senado, sirvió para que su destrucción como persona fuera mayor. Y Chile, siguió con su andar hacia adelante.