Desde el 1 de Octubre hasta el 30 de Noviembre, con publicación incluida, el Congreso trabajará en la aprobación rechazo del Presupuesto de la Nación. Quién sabe si, después de una Reforma Constitucional, es la ley más importante de cada año lectivo.
Para elaborar un buen presupuesto se debe considerar:
1.- La certeza de ingresos y gastos “supuestos” para el año en cuestión.
2.- Conocimiento y aprobación mayoritaria de las Políticas de Estado que se consideran para el país.
3.- Capacidades reales del aparato público para concretar objetivos dispuestos.
Existen en los hechos dos presupuestos. El que conocemos como proyecto que ingresa al Congreso y el otro el “Presupuesto Estructural”, que se conforma con los valores históricos de partidas trascedentes (minerales, madera, fruta, otros) y que por ser tales, influyen en la marcha económica del país.
Este Presupuesto Estructural, es la herramienta básica con que cuenta el Ministro de Hacienda, por cuanto, le indica con bastante certeza un piso mínimo de ingresos y a partir de esa información, teniendo a la vista “hechos no históricos”, (sequía, eventual crisis mundial, otros), concluye en un pre-supuesto que es, el que conoce el Parlamento.
Los valores estimados que se incorporan en el presupuesto, alcanzan los 52 billones de pesos, unos 82 mil millones de dólares. Tales valores, considerado una población de 18 millones de habitantes, lo ubican como el mas alto presupuesto estatal de América Latina, incluyendo México, Brasil, Argentina.
No tengo los valores mundiales, pero me atrevo a decir que nuestro estado debe estar entre los 20 mas ricos del planeta. En tal hecho, su distribución, considerando la doctrina económica que ha primado en Chile en los últimos 40 años, Economía Social de Mercados y en ella, como fundamento constitucional, la obligación de provocar la Igualdad de Oportunidades en toda la población, un porcentaje, no menor, de un 68% del total, unos 35 billones de pesos, están destinados a la entrega de subsidios en el ámbito social, educación, vivienda, salud, entre otros. Es en esta materia donde surge el mayor debate parlamentario, por cuanto se enfrentan aquellos que aspiran a un mayor ingreso del Estado, marginando ingresos laborales personales o familiares, versus aquellos otros, que, considerando el subsidio estatal, tienden a disminuirlo, para dar cabida al ingreso por razones laborales y no estatales.
Se estima que los fondos previsionales, producen el 15% del presupuesto público y un tercio del crecimiento económico del país. Ello significa que si Chile creció 3 puntos, un punto es responsabilidad de la AFP y ello conlleva la creación de 45.000 nuevos empleos. Si se suman todos los puntos históricos, las platas previsionales, representan a 2.300.000 plazas laborales creadas por las AFP chilenas.
Veremos el debate de estas platas de Chile.