Pirotecnia. Foto de contexto.

Las últimas semanas y especialmente este sábado y domingo, los vecinos del sector sur de Los Ángeles, han estado con gran temor, debido a que cada noche y hasta altas horas de la madrugada, se pueden escuchar fuegos artificiales, los que en muchos casos asemejan a intensas balaceras.

Según comentan algunas fuentes de El Contraste, este tipo de situaciones, en ocasiones, tienen relación con la llegada de sustancias ilícitas a las poblaciones y prácticamente es una celebración para los narcos y consumidores. Sin embargo, la gente honesta y trabajadora que habita en esos sectores está cansada y este tipo de provocaciones a su juicio solo infunden miedo.

Debido a esto, carabineros de la subcomisaría de Paillihue iniciaron una investigación para dar con los responsables de este ilícito, ya que recordemos que la pirotecnia y los fuegos artificiales se encuentran prohibidos por la ley de control de armas.

Fue así que encontraron que en redes sociales, un sujeto realizaba la venta de estos artefactos en la más absoluta impunidad.

De esta manera, se dispuso una vigilancia discreta y a distancia, hasta que lograron verlo llegar al supermercado ACuenta ubicado en las avenidas Los Carreras con Francisco Encina.

En ese minuto, los efectivos lo alcanzaron y le incautaron 23 artefactos de explosión denominados pilas y 4 dispositivos explosivos llamados «baterías».

Sin embargo, causó sorpresa al fiscalizarlo que el vendedor era un niño de solo 13 años.

Ante estos hechos y al ser inimputable ante la ley, se comunicó de los hechos al tribunal de familia de Los Ángeles y el menor fue regresado bajo acta a sus padres.