La comuna de Los Ángeles, y en sí, la Provincia del Biobío, ha enfrentado diferentes emergencias en las últimas décadas, pero existe un año donde las lluvias dejaron fallecidos, aislados, damnificados y mucho daño por la intensidad que tuvieron.
La historia ha demostrado que, por más tecnologías que se puedan aplicar o construcciones acordes a las leyes de seguridad, la naturaleza es mucho más poderosa. Esto ha quedado claro con los diferentes desastres naturales que nuestro país ha enfrentado: terremotos, erupciones volcánicas, tornados, inundaciones, entre otros.
Tal fue el caso del año 2006 para Los Ángeles, específicamente durante el mes de julio, una fecha que muy pocos han olvidado. El clima había cambiado poco a poco a finales de junio y Meteorología ya había anunciado que vendrían intensas lluvias.
Fue así que una gran cantidad de precipitaciones cayó en cosa de horas, algo que no se esperaba y menos aún con un plan de contingencia. Las calles, poco a poco, fueron acumulando agua y los canales de regadío, como el que está en avenida Ferrocarril, comenzaron a desbordarse.
Pero esto no ocurrió solo en nuestra ciudad, sino que a nivel provincial, especialmente en la precordillera, la situación fue mucho peor, debido a que las represas y centrales comenzaron a acumular significativamente agua, cuyo caudal comenzó a subir rápidamente.
Esto causó que los principales esteros de Los Ángeles, Quilque y Paillihue, comenzaran a desbordarse, al igual que otros como el Tolpán. Lo que obligó a las autoridades a decretar la alerta roja, a la que luego se sumaron otras comunas y, finalmente, una a nivel provincial.

Tragedia en Los Ángeles y fechas
En esa ocasión se sumaron los ríos, especialmente el Biobío, lo que provocó inundaciones en todo su afluente. Siendo uno de los sectores afectados Nacimiento y Cabrero, más aún en aquellas zonas rurales, uno de estos, el sector La Suerte, a unos kilómetros de la capital provincial del Biobío.
Pero Los Ángeles también vivió lo peor, ya que, con la salida de los esteros, el centro urbano, el sector sur y algunas villas del oriente y poniente quedaron bajo un metro, y en otros sectores casi con dos metros de agua. Miles de viviendas se vieron afectadas por esto, donde familias perdieron literalmente todo.
Esto provocó que las carreteras y caminos de conexión quedaran cortados, por la caída de sedimentos, aludes y puentes que colapsaron. Muchas zonas quedaron aisladas, las cuales recibieron ayuda días después, tras un amplio despliegue de los equipos de emergencia.
El temporal, que afectó principalmente a la provincia de Biobío, dejó un saldo trágico de 15 muertos, dos desaparecidos y más de 26.000 damnificados. Entre ellos había menores de edad y un conductor que fue encontrado dentro de su vehículo tras caer a un río desbordado.
Pero la historia señala que ha habido otras de este tipo, aunque no tan catastróficas como la del 2006. Las más importantes o significativas ocurrieron en 1939, 1946, 1952, 1958, 1971, 1984 y 1992. Y una de las más actuales en 2018, cuando nuevamente el estero Quilque, al igual que el año pasado, inundó todo el centro de Los Ángeles, mientras que el Paillihue afectó considerablemente a la Villa Todos Los Santos.
Hoy en día, a mediados del 2025, las inundaciones no fueron tan destructivas, gracias a los trabajos de limpieza. Aunque aún existen problemas con el alcantarillado, ya que año tras año estos se realizan, provocando malos olores e inclusive un problema mayor de salud.

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