Tragedia de Antuco | El Contraste

Ministros del Interior y Defensa visitaron Los Ángeles en una jornada de memoria, compromiso y reflexión sobre la responsabilidad del Estado en la tragedia de 2005 en las faldas del volcán Antuco. 

En el marco del vigésimo aniversario de la tragedia de Antuco, que costó la vida a 44 soldados conscriptos y un sargento del Ejército en las gélidas alturas de la cordillera de los Andes. Los ministros del Interior, Álvaro Elizalde, y de Defensa, Adriana Delpiano, encabezaron una emotiva ceremonia conmemorativa en la comuna de Los Ángeles, específicamente en el memorial ubicado en la Avenida Alemania. 

El acto, cargado de simbolismo, reunió a familiares de las víctimas, sobrevivientes, representantes del Ejército, Carabineros y autoridades locales. Frente a la construcción de una estatua y los árboles que recuerda una de las mayores tragedias militares en tiempos de paz en Chile. 

“Quiero partir saludando a los familiares de quienes fallecieron en esa fatídica jornada hace 20 años. Sabemos del dolor con el cual han tenido que vivir durante tanto tiempo”, expresó el ministro Elizalde, visiblemente conmovido. En su discurso, destacó la valentía de quienes participaron en las tareas de rescate en condiciones climáticas extremas y relevó la importancia de mantener viva la memoria. 

“Este luto también es un reconocimiento del Estado. Hoy venimos a rendir homenaje a quienes, cumpliendo con su servicio militar, perdieron la vida bajo condiciones que nunca debieron haberse enfrentado”, enfatizó. Agregando sobre la importancia de mantener vivo el recuerdo de esta tragedia y que no debemos olvidarla. 

Un recuerdo latente con Antuco

Durante la ceremonia, el ministro recordó especialmente a los efectivos de Carabineros que participaron en el rescate, como el entonces teniente Marcelo Salas y el sargento Enrique González. Valorando su rol fundamental en los días posteriores a la tragedia. “Esta tragedia no solo marcó a las familias, sino a todo un país”, subrayó. 

Por su parte, la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, compartió palabras de profundo respeto y empatía con las familias afectadas. “Puedo imaginar el dolor infinito. El tiempo quizás mitiga, pero jamás borra el recuerdo ni el amor por un hijo”, expresó. Delpiano comprometió públicamente su esfuerzo para destrabar compromisos pendientes con las familias de las víctimas, enfatizando: “No se trata de promesas, se trata del cumplimiento de un derecho. Vamos a ver qué lo impide y lo vamos a resolver”. 

Ambos ministros coincidieron en que la tragedia de Antuco dejó lecciones indelebles para las Fuerzas Armadas y el Estado. Elizalde recalcó que se han implementado mejoras sustantivas en los protocolos de instrucción, estándares de entrenamiento y prevención de riesgos. “Aprendimos que proteger la vida siempre debe ser la prioridad”, sentenció. 

Un momento especialmente conmovedor se vivió durante la colocación de ofrendas florales por parte de los compañeros de los conscriptos fallecidos. Gesto que la ministra Delpiano describió como “una muestra de solidaridad que conmueve el alma y trasciende gobiernos”. 

En este vigésimo aniversario, la tragedia de Antuco no solo se recuerda con dolor, sino también con el firme compromiso de que hechos como este no se repitan. “Nosotros estamos listos para ver partir a nuestros padres, pero los padres no están listos para ver partir a sus hijos”, dijo Elizalde. Sintetizando el sentir de toda una nación que aún llora a sus jóvenes mártires. 

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