En el corazón de la ciudad, entre muros que han resistido al tiempo, se erige el «Ex Internado de Hombres de Los Ángeles,», un edificio que no solo forma parte del paisaje urbano, sino también del alma colectiva de la comunidad angelina. Fundado en 1869 bajo el nombre de «Liceo de Segunda Clase Provincial de Arauco», esta institución fue pionera en la educación regional durante una época donde el saber era privilegio de pocos.
Inicialmente funcionando en espacios provisorios en torno a la Plaza de Armas, no fue sino hasta 1923 que el emblemático edificio de calle Lautaro albergó por completo al liceo, dando paso a décadas de formación académica y de identidad social. Sin embargo, en 1967, el liceo fue trasladado a su actual ubicación en la avenida Ricardo Vicuña. Dejando atrás un edificio lleno de recuerdos, esfuerzos y logros estudiantiles.
Hoy, esta joya arquitectónica acoge a la Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles, que tiene la misión de preservar y revitalizar este símbolo histórico. El antiguo internado no solo representa una pieza clave del patrimonio local. Agregando una narrativa viva que entrelaza la historia de miles de jóvenes que pasaron por sus aulas.




Un misterio del Internado de Hombres
Uno de los aspectos que más curiosidad despierta en la comunidad son las zonas aún cerradas del edificio. Espacios misteriosos, como antiguos túneles de conexión, permanecen inaccesibles al público por razones de seguridad, pero continúan siendo objeto de fascinación para historiadores y vecinos. Estos rincones guardan secretos del pasado y relatos aún no contados de aquellos estudiantes que, desde la literatura hasta la política, dejaron su huella en la historia nacional.
La Corporación Cultural ha manifestado su firme intención de rescatar y restaurar estas áreas ocultas. Con la visión de abrirlas próximamente como parte de una experiencia patrimonial completa. Pero, no se trata solo de recuperar estructuras físicas, sino de reconectar con el espíritu de quienes construyeron la identidad de Los Ángeles desde este lugar.
La posible reapertura de estos sectores representa una oportunidad única para que nuevas generaciones puedan caminar por los mismos pasillos y túneles que sus antecesores. Revitalizando así el vínculo entre pasado y presente y siendo parte de la historia de la ciudad.
El Ex Internado de Hombres sigue siendo un faro de memoria, historia, educación y cultura. Un monumento vivo que, pese al paso del tiempo, continúa escribiendo su historia junto a la ciudad que lo vio nacer.



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