Hace casi 44 años ocurrió uno de los sucesos más curiosos e inolvidables en la historia ferroviaria de Los Ángeles. Cuando una locomotora diésel terminó casi en posición vertical, incrustada en una muralla junto a la avenida Ercilla. Un accidente sin víctimas ni heridos, pero que quedó grabado en la memoria colectiva de los angelinos.
Corría la fría mañana del 24 de junio de 1981, y eran cerca de las 08:00 horas bajo una espesa neblina cubría la ciudad. En la antigua estación de trenes, donde hoy está un centro educacional y un supermercado, un estruendo rompió el silencio invernal. Una locomotora de la serie 1800, que arrastraba carros cargados de remolacha desde Temuco con destino a la Compañía Refinadora de Azúcar de Valparaíso (más tarde conocida como Iansa), se estrelló con fuerza contra una muralla.
La imagen fue impactante: el tren, como si se hubiera levantado sobre sus propios rieles, sobresalía casi de manera vertical, asomándose hacia la calle. No hubo víctimas, y casi milagrosamente, tampoco transeúntes en las cercanías. Sin embargo, el hecho atrajo rápidamente a decenas de vecinos y especialmente niños, quienes no podían creer lo que veían.
El misterio que nunca se resolvió en Los Ángeles
Pese a las investigaciones de la época, nunca se entregó una versión oficial ni se esclarecieron completamente las causas del accidente. Entre las hipótesis más comentadas estuvo la posibilidad de que el maquinista se hubiese quedado dormido o que el conductor fuera nuevo y no conociera bien el trayecto.
Lo único claro era que el tren debía cambiar de vía al llegar a Los Ángeles y luego retroceder hacia su destino industrial, pero algo impidió ese cambio de ruta, provocando el singular accidente. Aunque existen hipótesis de lo que pudo haber pasado, muchos aseguran que fue mala suerte o simplemente un descuido.
Hoy, donde alguna vez se alzó la estación de trenes y ocurrió este singular episodio, se encuentra un conocido supermercado. Pero para quienes vivieron ese momento o crecieron escuchando la historia. La imagen de la locomotora encaramada como si quisiera escalar la ciudad sigue siendo parte de una memoria urbana que no se borra.
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