Una de las empresas más queridas en Los Ángeles, Osiris, llevó a un cambio importante, con un significativo cambio y que dejó un legado de emprendimiento, motivación y claramente una huella por quienes fueron parte de esta historia que comenzó con una pequeña pyme.
La emblemática fábrica de conservas Perelló comienza con la llegada a Chile de Pedro Perelló Puig, nacido en Barcelona, España, el 7 de julio de 1894. Hijo de Buenaventura Perelló y Catalina Puig. Pedro emigró junto a su familia en 1908, estableciéndose en la capital provincial del Biobío con una clara idea de lo que quería hacer.
Según explica José Pepe Riquelme, Reportero Patrimonial Los Ángeles, su juventud, Pedro estudió en el Liceo de Hombres de la ciudad, mientras acompañaba a sus padres en su pequeño negocio de abarrotes. Más tarde, se desempeñó como peluquero en el histórico Club de la Unión, cargo que mantuvo hasta 1921. Sin embargo, su visión emprendedora lo llevaría mucho más lejos.
Durante la década de 1920, aprovechando el desarrollo agrícola impulsado por el proyecto de los Canalistas del Laja, Pedro y su familia incursionaron en la producción de vinos y licores hasta 1937. En busca de nuevos horizontes para el aprovechamiento de los productos agrícolas y frutales, Pedro dio el gran salto hacia la industria conservera.
Casado con Teresa Nieto, con quien tuvo siete hijos —Olga, Inés, Óscar, Carlos, Marta, Jorge y María Eugenia—, Pedro se vinculó directamente al rubro de las conservas gracias a su suegro, don Juan Nieto, constructor de fábricas del rubro en el sur de Chile. Inspirado por esta experiencia, Pedro Perelló adquirió junto a su hermano José maquinaria y materiales remanentes de una conservera en Coronel.
Fundación de las Conservas Osiris
Con todo este apoyó tecnológico, fundaron en Los Ángeles la fábrica de Conservas Osiris. La cual estaba instalada en el terreno que había ocupado la antigua bodega de vinos familiar. Ubicada en la intersección de calle Los Carrera con Avenida Gabriela Mistral muy cercano a importantes puntos cívicos y el Hospital de la ciudad.
La planta agroindustrial “Osiris” se convirtió en la primera fábrica de conservas alimenticias de legumbres y frutas en la ciudad. Más adelante, amplió su producción a jarabes y esencias, utilizando principalmente los productos cultivados en su granja homónima. Gracias a su calidad y visión empresarial, la conservera se mantuvo activa durante varias décadas, siendo un referente en la zona.
Con el tiempo, la empresa fue rebautizada con el apellido familiar: Conservas Perelló, nombre bajo el cual alcanzó gran reconocimiento en Los Ángeles y a nivel nacional. Aunque la fábrica fue finalmente vendida a una cadena de supermercados hacia fines del siglo XX, el legado no terminó ahí.
Los descendientes de Pedro Perelló Puig continuaron con la tradición, estableciendo nuevos locales en Avenida Alemania. Posteriormente en Avenida Pedro de Valdivia con Avenida Las Industrias. Ambas sucursales aún operan y abastecen tanto al mercado nacional como internacional.
Pedro Perelló Puig no solo dejó huella en el ámbito industrial; también fue un activo miembro de la comunidad angelina. Participó como miembro fundador del Centro Español, integró el Cuerpo de Bomberos, la Sociedad de Socorros Mutuos y la Sociedad de Fomento Fabril.
Hoy, en el mismo lugar donde se alzó la histórica fábrica — Avenida Los Carrera con Avenida Gabriela Mistral—, se levanta un moderno edificio de gran altura con locales comerciales, tras la venta del terreno. Esta nueva construcción ha transformado por completo el paisaje urbano del sector, marcando el cierre definitivo de un capítulo industrial. Y el inicio de una nueva era para la ciudad de Los Ángeles.
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