Una noticia que ha llenado de emoción y fe a la comunidad católica, ya que el Vaticano ha confirmado oficialmente como milagro un hecho extraordinario ocurrido en la comuna de Los Ángeles en el año 2013. El cual, está relacionado con la recuperación inexplicable de Audelia Parra. Una mujer que fue desahuciada tras una serie de complicaciones médicas que desafiaron toda explicación científica.
La noticia fue ratificada por el Papa Francisco en el boletín oficial de la Santa Sede, convirtiendo este suceso en un acto reconocido por la Iglesia Católica como un auténtico milagro. Atribuido a la intercesión de la Beata Vicenta María Poloni, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Misericordia de Verona.
Esta noticia fue dada a conocer en horas de esta mañana, la cual fue rápidamente difundida por el mundo católico. Más aún, porque viene una segunda parte, donde podría existir una nueva santa, y que trae fe y gratitud para quienes pidieron este apoyo para la salud de una persona.
El origen del milagro en Los Ángeles
Audelia Parra ingresó en diciembre de 2013 al Hospital Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles para someterse a una cirugía común de vesícula. Sin embargo, durante la operación ocurrió un error crítico: se rompió la arteria aorta, principal conducto de sangre del cuerpo.
La situación se complicó aún más cuando uno de sus riñones quedó severamente dañado. Su estado se agravó rápidamente, al punto de ser desahuciada por los médicos, quienes declararon que no había posibilidad de salvar su vida, y que era cosa de tiempo para que ella muriera.
En ese momento crítico, el padre Álvaro Martínez Leal, entonces seminarista y nieto de Audelia, recurrió a la oración y pidió la intercesión de la Beata Vicenta María Poloni, recordando su vínculo cercano con las Hermanas de la Misericordia en su parroquia de origen en Quilleco. «Sentí la necesidad de encomendarme a ella porque siempre fue una mujer misericordiosa y cercana a los enfermos», relató.
Uno de los eventos considerados providenciales fue la llegada inesperada de un cirujano vascular desde Talcahuano, quien en circunstancias normales no tenía programado viajar a Los Ángeles. Este especialista instaló una prótesis crucial que permitió reparar los daños internos.
El mismo médico admitió luego que, basándose en su experiencia, las probabilidades de supervivencia de Audelia eran prácticamente nulas. Reafirmando la idea de que lo ocurrido fue más allá de lo que la ciencia podía explicar y que claramente estaban frente a un milagro.
El largo proceso de validación y de fe
El camino hacia la oficialización del milagro comenzó en 2014, cuando el padre Álvaro presentó el caso a la Congregación de las Hermanas de la Misericordia de Verona. Desde entonces, se inició una rigurosa investigación encabezada por un sacerdote italiano designado como postulador, quien recopiló evidencia médica. Además de testimonios tanto del equipo médico que atendió a Audelia como de su familia.
“Hubo que demostrar que todo el proceso fue serio y bien documentado, siempre hablando de un presunto milagro hasta que el Vaticano lo verificara». Fue lo que explicó el vicario Álvaro Martínez, quien agradeció a Dios por esta señal.
El paso final llegó con la firma del Papa Francisco, confirmando oficialmente el milagro y su divulgación en el boletín de la Santa Sede. Donde también reconoció el martirio de cinco franciscanos y un marista.
Una gratitud y la futura canonización
Para el padre Álvaro y su familia, este milagro no solo es un motivo de gratitud personal, sino una manifestación del amor de Dios y su presencia en el mundo. “Esto nos muestra que Dios sigue caminando entre nosotros, mostrándonos su misericordia y poder”, comentó emocionado.
Con este reconocimiento, se abre también una puerta para que la Beata Vicenta María Poloni sea eventualmente canonizada. Ya que con esto, acumula un milagro comprobado en su camino hacia la santidad. En donde los feligreses esperan con ansias esto, el cual podría generarse en los próximos meses y con esto, un punto nuevo para el catolicismo en el Biobío.
El milagro ocurrido en Los Ángeles no solo marca un hito para la Iglesia Católica en Chile. Sino que también inspira a quienes buscan fortalecer su fe en medio de las adversidades. Más aún, cuando la ciencia, en sí, la medicina, no logra superar una adversidad, pero que, con esta oración, quedo demostrado que la fe mueve montañas.
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