La Estación Millantú, ubicada en el sector homónimo de la comuna de Los Ángeles, fue durante décadas un punto neurálgico del desarrollo ferroviario y social en la zona. Su historia, marcada por constantes cambios de nombre, el auge de los servicios ferroviarios. Y su posterior declive refleja la importancia de los trenes en la vida de las comunidades chilenas. 

El nacimiento de Millantú como localidad estuvo estrechamente ligado a la llegada del ferrocarril en el siglo XIX. La construcción de la línea ferroviaria entre Talca y Angol, iniciada en 1873 y finalizada el 1 de enero de 1878, marcó el inicio de una nueva etapa para el sector. Sin embargo, la estación que conocemos como Millantú no fue construida sino hasta después de 1916. 

En sus primeros años, la estación fue conocida como «San Miguel», en honor al propietario del fundo donde se emplazó. Este nombre, no obstante, generaba confusión con la estación San Miguel de Santiago, lo que llevó a su renombramiento como «Rarinco» en 1919. La solución tampoco fue definitiva, ya que surgieron nuevos malentendidos con la estación Renaico. Finalmente, en 1942, el Ministerio de Fomento decretó el cambio definitivo a «Millantú», que en mapudungun significa “Sol de Oro”. 

El auge ferroviario de Millantú

La estación Millantú vivió su época de gloria al integrarse a la Red Sur de Ferrocarriles del Estado. Su ubicación estratégica en la línea troncal y su papel como enlace entre los servicios locales y regionales fomentaron el crecimiento económico y social del sector.

Durante décadas, fue testigo del constante ir y venir de trenes, pasajeros y carga que conectaban a Los Ángeles con otras regiones del país. Más aún, por quienes aprovechaban la cercanía del sector para visitar a sus familiares.

Entre 2002 y 2008, Millantú formó parte del servicio regional Talcahuano-Renaico, reviviendo temporalmente su función como punto de conexión para pasajeros. En la temporada alta de verano, los trenes que pasaban por la estación llenaban de vida el sector, aunque este servicio fue interrumpido definitivamente en 2008. 

El legado del Sol de Oro 

A pesar de su declive como estación de pasajeros, Millantú sigue siendo un punto clave para las labores de carga. Empresas papeleras de los alrededores utilizan la vía principal para transportar mercancías, manteniendo viva la actividad ferroviaria en la zona. 

El último edificio de la estación, construido en 1967, sufrió daños irreparables a comienzos de la década de 2000 y, hacia 2022, ya no quedaban rastros visibles de su estructura. Sin embargo, la comunidad local y las autoridades no han olvidado su legado. En 2022, se reactivaron los servicios de carga entre la región del Biobío y la región de Los Ríos, una señal de que el ferrocarril sigue siendo una alternativa clave para la conectividad. 

El futuro del ferrocarril en Millantú 

Hoy, estudios buscan reactivar el servicio ferroviario de pasajeros en el tramo Laja-Renaico, con la esperanza de devolver a Millantú parte de su antigua relevancia. Más allá de su infraestructura física, la estación Millantú permanece como un símbolo de la rica historia ferroviaria de Chile. Además del impacto transformador que los trenes tuvieron en comunidades como esta. 

Millantú, el “Sol de Oro” del mapudungun, ilumina aún las memorias de quienes vivieron su auge y mantiene la esperanza de un futuro en el que el sonido de los trenes vuelva a resonar por sus vías. 

Revisa más noticias nacionales y la contingencia de Los ÁngelesRegión del Biobío, en El Contraste. Síguenos también a través de Facebook para mantenerte al tanto de lo que está pasando