La historia de la televisión siempre ha tenido un cambio importante, más aún, cuando su época de gloria tuvo significativos cambios, especialmente cuando llegó a Los Ángeles.

En el año 1969, los habitantes de la capital provincial de Biobío esperaban con gran entusiasmo un evento que cambiaría la forma en que se informaban y entretenían: la llegada de la televisión. Sin embargo, lo que parecía ser un hito inminente se transformó en una larga espera llena de incertidumbre y promesas incumplidas.

La señal de Televisión Nacional de Chile (TVN) llegaría a través del canal 6, y el anuncio causó revuelo en la comunidad local. Los angelinos comenzaron a prepararse para un momento histórico, en especial con la esperanza de ver el mundial de fútbol de México 1970, con la leyenda Pelé como protagonista.

Muchos compraron televisores con la expectativa de disfrutar de los partidos, pero los días pasaban y la señal no aparecía, según comenta «Comunidad de Los Ángeles, Historia e identidad».

Un pequeño retraso de la televisión

El retraso generó frustración y las explicaciones técnicas no ayudaban a calmar la impaciencia: que las antenas no estaban listas. Además que los equipos requerían ajustes, o que una pieza clave se había averiado.

Mientras tanto, algunas personas lograban captar una señal débil del canal público desde Concepción. Pero la imagen borrosa y el sonido distorsionado sólo incrementaban la sensación de desencanto.

Todo cambió el 15 de agosto de 1970. Ese día, a las 14:30 de la tarde, los transmisores instalados en el cerro Cayumanque comenzaron a emitir la señal de TVN para las provincias de Biobío y Ñuble, alcanzando finalmente Los Ángeles. El momento fue descrito como un “milagro tecnológico”, cuando las imágenes empezaron a llenar las pantallas de los hogares angelinos.

Ese día marcó el inicio de una nueva era en la ciudad, y el impacto de la televisión fue inmediato. Los programas, noticias y eventos que llegaban a los hogares a través de una pequeña caja de madera cambiaron la vida cotidiana de los angelinos para siempre, trayendo consigo no sólo entretenimiento, sino también una ventana al mundo exterior.

Hoy, casi cinco décadas después, la llegada de la televisión sigue siendo recordada como un hito en la historia de Los Ángeles. Un recuerdo imborrable de aquel 15 de agosto que convirtió un sueño en realidad.

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