El hospital de Los Ángeles, hoy conocido como Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz, ha atravesado una larga y complicada trayectoria desde su fundación. En sus inicios, hacia 1842, su primera construcción fue descrita por los cronistas de la época como una “rancha miserable”, evidenciando la precariedad que lo marcó durante décadas.
Fue en 1865 cuando se dio el impulso para la construcción del Hospital de Caridad, San Sebastián, en un terreno de 16 hectáreas. Sin embargo, seis años después, el edificio aún no estaba terminado. En 1874, las religiosas de la orden de la Caridad se hicieron cargo de su administración, cumpliendo un rol esencial en el manejo de servicios como la cocina, la ropería, y hasta los ingresos económicos del hospital.
Sor Vicenta, una de las figuras más queridas de la comunidad, sigue siendo recordada en Los Ángeles a través de la avenida que lleva su nombre, según explica «Comunidad de Los Angeles, Historia e Identidad«.
A lo largo de los años, el hospital enfrentó constantes dificultades económicas. En la década de 1920, las finanzas eran tan limitadas que, en 1922, se tomó una medida drástica: cobrar a quienes deseaban visitar a los pacientes. Según una carta enviada por el doctor Ernesto Márquez al diario El Siglo en julio de 1922, esta medida fue implementada para recaudar fondos. Que eran destinados a la alimentación de los enfermos.
Las tarifas eran claras para el Hospital de Los Ángeles
- Domingo, de 1 a 2 PM: entrada libre.
- Otros días, de 1 a 2 PM: veinte centavos por la entrada.
- En cualquier otra hora: 1 peso.
Aunque no se especifica cuánto tiempo se mantuvo esta medida, a fines de ese año, el doctor Márquez dejó su cargo como administrador del hospital. Ahí fue reemplazado por Víctor Ríos Ruiz, quien posteriormente daría nombre al actual complejo asistencial.
Con los años, el hospital fue recibiendo mejoras, como la apertura de salas para niños en 1924 gracias a la comunidad española, y la expansión de urgencia en 1930. En 1951, el recinto dejó de ser administrado por la Junta de Beneficencia y pasó a manos del Servicio Nacional de Salud. De esta manera, consolidando su integración al sistema público de atención médica, donde, a diferencia de épocas pasadas, no se cobra por las visitas.
Hoy, el hospital es parte integral de la red del Servicio de Salud de Biobío, y su historia refleja las luchas y transformaciones. Especialmente en aquellas referidas en la atención sanitaria en la región.
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