Lo retro cada vez está tomando más camino en nuestras vidas, y Los Ángeles no queda atrás, vinilos y radios, antigüedades más cotizados, sumado a su historia que trae consigo y que traspasa las generaciones.
En un rincón de la plaza Pinto de Los Ángeles, un fenómeno silencioso pero poderoso está tomando fuerza, con el resurgimiento del interés por las antigüedades. Alberto Prieto, un coleccionista y vendedor de objetos retro, ha sido testigo y partícipe de este boom, que en los últimos años ha capturado la atención de personas de todas las edades.
“Todo comenzó por casualidad hace unos dos o tres años”, comenta Prieto. “Me llegaron unos vinilos a la casa y la gente que los vio se interesó. Decidí llevarlos a una venta y la respuesta fue increíble. Desde entonces, empecé a dedicarme a las antigüedades, reparando y ofreciendo objetos que evocan recuerdos para muchos”.
Un mercado que pasa de generación en generación
El mercado de lo antiguo no solo atrae a adultos nostálgicos, sino también a jóvenes curiosos que descubren en estos objetos una ventana a otras épocas. Más aún, cuando las generaciones van dando a conocer cada historia.
“Los padres traen a sus hijos aquí para mostrarles la historia a través de la música, con vinilos, cassettes y CDs. Es fascinante ver cómo los niños se interesan y se van contentos», relata Prieto.
Este renacer de lo retro no es un simple pasatiempo. Se ha convertido en un punto de encuentro para quienes buscan reconectar con el pasado. “Apelamos a la nostalgia. Las personas que vienen aquí encuentran objetos que les recuerdan a un ser querido o a su juventud, y eso es lo que más disfruto de lo que hago”, asegura.
Entre los productos más solicitados en su local, destacan tocadiscos, los equipos tres en uno de los años 80 y 90, y las radios antiguas. Sin embargo, los vinilos, especialmente de rock clásico y latino, son los reyes del negocio.
“Siempre me preguntan por discos de Queen o Michael Jackson, aunque los precios de los vinilos de artistas de renombre han subido considerablemente, llegando a los 50 mil pesos o más”, explica.
Los 80: Una épica que lo marcó
Para Prieto, los años 80 fueron una época dorada, marcada por la tranquilidad y el buen ambiente. “Había otra onda en la gente, todo era más pacífico. Es grato ver cómo ahora, a través de estas piezas de la nostalgia, podemos revivir esa era y compartirla con nuevas generaciones”.
Este interés creciente por lo retro refleja no solo una moda, sino un deseo profundo de conectar con las raíces y las memorias que construyen nuestra identidad. En un mundo cada vez más digital y rápido, los objetos antiguos ofrecen un respiro, un viaje al pasado que, para muchos, nunca pierde su encanto.
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