Para muchos, Tatay es un personaje conocido y querido de Los Ángeles, quien estuvo por su amigo, un «Burro», dieron vida a esta historia que, a pesar de los años, aún es recordada.
Su nombre real era Robinsón Eduardo Poblete Salinas, quien recorría las calles de la capital provincial de Biobío junto a su curioso acompañante, convirtiéndose en su época en alguien muy reconocido.
De cariño, muchos le decían “Tatay y su Burro”, ya que alegraba a quienes se acercaban o lo veían, más aún en un tiempo donde Los Ángeles estaba creciendo y la actividad local era cada vez mayor.
Nacido en Santa Bárbara
Robinsón nació en Santa Bárbara, específicamente en el fundo La Peña, un 22 de abril del año 1915. Sin embargo, este hecho estuvo marcado por una tragedia, ya que tuvo una hermana gemela, Juana de Dios, quien falleció momentos después de nacer.
Finalmente, a pesar de esto, la familia de Robinsón era grande, ya que fue el menor de cuatro hermanos, cuyos padres eran Robinsón Poblete y Bonifacia Salinas.
Tres años después, su madre falleció, lo que obligó al pequeño a viajar hasta Los Ángeles para vivir con su tía en la calle Freire con Lynch. Con el tiempo, se notó más una discapacidad, lo que dificultó encontrar un colegio, ya que muchas veces se le rechazó. Fue entonces cuando nació su apodo cariñoso, “Tatay”.
Llegados los años 30, ya siendo mucho mayor, Robinsón se trasladó con su tía a la avenida Ricardo Vicuña, le regalaron una carreta y un burrito, que se convertiría en su amigo y compañero de vida, especialmente al momento de ofrecer sus servicios de fletes.
Poco a poco, se hizo conocido, pero por sucesos especiales, ya que ganaba casi todos los concursos de cueca en fiestas patrias debido a su particular forma de bailar. Por otro lado, en aquellas actividades de primavera, Tatay se disfrazaba con mucho entusiasmo, incluso una vez se vistió de mujer y coronó uno de los carros alegóricos.
A todas las actividades las hacía acompañado de su burro, estando por más de 40 años en las calles de Los Ángeles. Sin embargo, no siempre fue el mismo animal. Se dice que tuvo hasta cuatro burros. Incluso, Estanislao Anguita le regaló uno, debido a que cuando los animales morían, Tatay se entristecía profundamente, y así podía continuar con su peculiar forma de vida.
Un último adiós a Tatay
Lamentablemente, el 3 de noviembre del año 1978, Tatay se encontraba en el asilo del Hospital Local, donde falleció a la edad de 63 años. Esta noticia rápidamente se difundió por la ciudad.
Su velorio fue a gran escala, con muchas personas que concurrieron a darle el último adiós, incluso autoridades militares y civiles. En su funeral, la multitud fue inmensa, y finalmente sus restos fueron sepultados en el mausoleo de la familia Godoy Villouta.
A pesar de los años, muchos aún recuerdan al famoso “Tatay y su Burro”, quien alegró las tardes angelinas y, más aún, creó un vínculo de amistad con quienes tuvieron la suerte de conocerlo.
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