Una difícil situación enfrentan los habitantes de un sector rural ubicado a unos pocos kilómetros de la capital provincial de Biobío, donde se han reportado, durante mucho tiempo, malos olores sin encontrar solución.

Se trata del sector Santa Laura, en la localidad de El Peral, donde los vecinos han denunciado que hace casi tres años se enfrentan a complicaciones por moscas y malos olores debido al uso excesivo de guano como fertilizante en un predio.

Esta situación fue dada a conocer por la presidenta de la Junta de Vecinos de dicho sector, Alejandra Silva, quien comentó a El Contraste que «el problema viene desde hace unos tres años, con el drama, el mosquerío es impresionante y el olor es insoportable. Hace unos días atrás, era cerrar las ventanas nada más, simplemente cerrar y encerrarte porque no podías salir afuera, así de impresionante».

«Hemos intentado de todo, incluso cuando han venido a fiscalizar ya no hay nada. No vienen de inmediato, sino que vienen después, cuando ya se ha desparramado todo o el tema está tapado», agregó.

Según la dirigente, se han presentado denuncias a las entidades correspondientes, pero aún así, el problema persiste debido a un agricultor que utiliza este tipo de fertilizante, creando no solo un punto de insalubridad, sino también una molestia en la vida cotidiana.

«No podemos ni siquiera tomar el desayuno como corresponde, es impresionante la cantidad de moscas. Por las mañanas no podemos abrir las ventanas; todo está cerrado. Almorzar afuera es imposible. Hay adultos mayores que se ven afectados en su salud», enfatizó Silva.

El gasto para eliminar las moscas es alto.

Por otro lado, la vecina María Quezada manifestó que «independientemente de que seamos del campo y todo eso, no es por delicadeza ni nada, sino que son demasiadas. Los vecinos compran matamoscas, ‘killer’, nose, y el gasto es inmenso para que dure un par de horas y luego volver a tener las moscas».

«Sumado al olor, nosotros vivimos a una cierta distancia de donde esta persona aplica guano y el olor no se aguanta. Hemos ido a hablar con él de manera pacífica, tratando de que cambie su forma de trabajar. No estamos pidiendo que deje de trabajar», agregó.

Ya no podemos recibir visitas

José Duran Figueroa explicó que «lo que pasa es que con el paso del tiempo, esto se ha ido incrementando. Incluso estamos tratando de no recibir visitas porque las moscas son muy molestas, más que nada el olor, porque el olor es muy fuerte».

«Un día fui allá donde botan el abono y lo compran en otros lados, y entre todo el guano que viene, hay pollos muertos. Entonces hay que sumarle que llama a las moscas. Estoy un poco retirado del lugar, unos 200-300 metros, e igual es insoportable», manifestó molesto.

Leonardo Villar, vecino que vive en el interior de Santa Laura, relató que «de un tiempo a otro, empezó a salir mal olor, todo el día, no había tregua que no parara el olor y se mantuvo mucho. Nos dimos cuenta de que era un vecino nuestro que lo generaba. Él cultiva sus plantas en dos parcelas más allá de nosotros».

«Hubo un año en que no estuvo y estuvimos bien, pero después volvió. Sabemos que es su sustento y todo eso. Se fue a conversar con él, le explicaron la afectación, y no hubo cambios hasta la fecha. Hace dos meses que lo retomó; las vacaciones no las pudimos aprovechar, no se puede hacer nada», concluyó.

Sobre este tema, se han presentado denuncias, las cuales, según lo demostrado por la presidenta de la Junta de Vecinos, fueron respondidas indicando que al momento de la fiscalización no había situaciones insalubres, pero sí la presencia del uso de guano.

El Contraste trató de comunicarse con la persona señalada, pero no tuvo éxito, teniendo en cuenta que tampoco fue posible obtener algún número del fundo donde se encuentra el problema.

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