Una masiva presencia de fiscalizadores, carabineros y el Ejército, totalizando más de una veintena de personas, llegaron la tarde de este sábado al templo catedral, con el objetivo de velar por el cumplimiento del decreto de la autoridad sanitaria, en el marco del coronavirus.
Recordemos que el Obispo de Los Ángeles, Felipe Bacarreza, generó gran polémica en la región del Biobío, luego de no acatar la prohibición de realizar actividades religiosas con público, razón por la cual le clausuraron la catedral.
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Pese a ello, la autoridad religiosa de la diócesis continuó haciendo sus ceremonias pese a la clausura, razón por la cual la seremi de salud le inició un sumario sanitario.
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Fue así como a puerta cerrada, las autoridades de salud, les pareció escuchar presencia de personas en el templo frente a la plaza de Armas de Los Ángeles y literalmente le hicieron guardia, tal como ocurrió el fin de semana anterior.
Sin embargo, al ingresar al lugar, los fiscalizadores constataron que esta vez, monseñor Felipe Bacarreza acató las medidas de las autoridades y cumplió con el decreto, trabajando con 8 personas en el templo, sólo con el objetivo de poder transmitir la misa de Pascua de Resurrección.
Sobre el tema, Cristóbal Vidal, jefe de la autoridad sanitaria en Los Ángeles, señaló a El Contraste que «vinimos a fiscalizar esta actividad que fue la misa del día de hoy. Como sabemos hay una prohibición de actividades religiosas en toda la región del Biobío y se había autorizado para que realizaran las actividades, siempre cuando fuera con la intención de transmitirlo por radio o vía streaming».
«Esperamos a que terminara la celebración y pudimos constatar que al interior no había más de las personas necesarias para celebrar la misa, por lo que nos retiramos como equipo», agregó.
Finalmente, expresó que «agradecemos a la gente el llamado a no asistir».
En caso de haber violado la medida, la autoridad sanitaria habría iniciado un sumario sanitario contra la diócesis de Los Ángeles, lo que afortunadamente no ocurrió.