El calzado es un insumo funcional y necesario para que desarrolles tus actividades de manera práctica y segura. Para su mantenimiento eficiente, se debe implementar un lavado regular que, si bien parece un trabajo simple, es fundamental hacerlo con cuidado y precisión para no dañarlas

Marcas como Skechers, Adidas o Puma suelen ofrecer artículos esenciales para ser utilizados día a día en tus tareas laborales, educativas y recreativas. En este sentido, se emplean para transitar diferentes superficies y ante múltiples factores climáticos. 

Por lo tanto, debido a la frecuencia del uso y el desgaste de las mismos, es aconsejable implementar medidas para preservarlas y garantizar su durabilidad conservándolas en buen estado y limpias.

Los factores más importantes que se deben tener presentes al limpiar tus calzados para evitar dañarlas son los materiales, colores y resistencia de las materias primas al entrar en contacto con el agua y los productos de limpieza. 

Incluso los modelos de marcas menos reconocidas como las zapatillas Lippi de mujer necesitan determinadas rutinas de higiene para lograr un mejor estado de conservación.  

¿Cómo lavar las zapatillas sin dañarlas?

La limpieza de las zapatillas comienza por reconocer el tipo de material con el que están fabricadas para evitar que sufran daños. En este sentido, por lo general suelen estar confeccionadas con lona, cuero sintético, malla o materiales textiles mixtos. 

Por lo tanto, según el tipo de material, la reacción es diferente ante los efectos del agua, el jabón y los productos de limpieza.  En primer lugar, hay que retirarles los cordones y las plantillas a las zapatillas porque padecen con intensidad los efectos de la suciedad. 

A su vez, requieren movimientos más precisos y delicados para potenciar la higiene. Además, son insumos que absorben mucha humedad y, si no se secan de manera correcta, acumulan olores. Es conveniente limpiar dichos accesorios a mano y emplear un cepillo que permite realizar movimientos suaves.

Antes de mojar las zapatillas, es recomendable quitar los restos de tierra y barro seco que puedan estar pegados a las zapatillas. Para no dañar los materiales del calzado, es preferible emplear un cepillo de cerdas medias que aportan precisión y mayor cuidado. 

A partir de un utilizar agua y unas gotas de detergente suave en un balde, se inicia el lavado preferentemente a mano. También es necesario emplear un paño o esponja no abrasiva y frotar las zapatillas con movimientos circulares sin presionar demasiado. 

De esa manera, se previenen los daños de los tejidos, su consistencia y los colores. Para las partes que se encuentran más sucias, puedes reforzar con un cepillo de dientes viejo para una limpieza más precisa.

¿Cómo lavar las zapatillas para que no se estropeen?

En ocasiones, algunas personas deciden limpiar su calzado dentro del lavarropas por comodidad o para darle más intensidad a la limpieza. Sin embargo, es una práctica que puede provocar daños considerables como despegar las suelas, deformar los tejidos y costuras.

El método seguro y eficiente para lavar las zapatillas en la lavadora es introducirlas dentro de una funda especial para calzado o una bolsa de lavado. A su vez, debe elegirse un ciclo corto con agua fría y evitar el centrifugado que produce fricción en los materiales.

Los productos que se utilizan es otro factor clave porque algunos resultan demasiado abrasivos y pueden ocasionar problemas. No se deben emplear lavandina, amoníaco o limpiadores industriales, ya que deterioran los materiales y alteran los colores. 

Por lo tanto, es preferible limpiar con detergentes suaves, preferentemente líquidos y sin colorantes, que no afecten la textura ni el tono del calzado.

La etapa del secado

Para complementar el proceso de lavado, se debe lograr un secado preciso y eficiente que permita conservar la calidad de los materiales. Es fundamental no exponer las zapatillas directamente al sol directo ni cerca de estufas o radiadores. 

Si el calzado recibe temperaturas extremas, sus tejidos pueden encogerse, deformarse y despegarse. Es conveniente que se sequen al aire libre, en un espacio ventilado y a la sombra. Además, para conservar la forma con mayor estructura, puedes implementar rellenarlas con papel absorbente o paños secos, que los renuevas cada cierta cantidad de tiempo para así agilizar el secado.

¿Cuál es la mejor forma de lavar las zapatillas?

El lavado a mano resulta el más seguro, eficiente y simple por su precisión y conservación de los materiales. A su vez, es un método más controlado que te permite observar la reacción de los productos y garantiza que las zapatillas tengan mayor resistencia y durabilidad al evitar los impactos de máquinas y líquidos abrasivos. 

Una manera de potenciar la higiene de tu calzado es elaborar una preparación de agua con vinagre blanco y bicarbonato de sodio que favorece la neutralización de olores y manchas. 

¿Cuál es la forma más efectiva de limpiar los zapatos?

Hay una amplia variedad de marcas, modelos y tipos de zapatos y zapatillas que necesitan pasos, productos e insumos específicos según los materiales. En el caso de las zapatillas blancas, uno de los desafíos más comunes es conservar su color original. 

El calzado blanco puede conservarse mediante una mezcla de bicarbonato con pasta dental blanca sin geles. Se debe colocar una pequeña cantidad sobre un cepillo dental, realizar movimientos lentos y circulares, dejar actuar unos minutos y luego retirar con un paño húmedo.

En el caso de los zapatos de tela, es preferible disminuir la cantidad de detergente y dedicarle más tiempo a frotarlas de manera suave, en lo posible sin remojarlas. 

Por otro lado, los zapatos y zapatillas de cuero necesitan una limpieza que se complemente con una hidratación posterior a partir de una crema, pasta o ungüento especial, que aporta brillo y evita que se endurezcan.

El calzado deportivo

Las zapatillas deportivas suelen disponer de una tecnología con accesorios de amortiguación y cámaras de aire. Por lo tanto, es indispensable limpiarlas con mayor precaución. Para no dañarlas, evite sumergirlas completamente en agua, ya que pueden deteriorarse internamente. Este tipo de calzado debe limpiarse con un paño húmedo y de modo superficial.

Conclusiones

En síntesis, la limpieza de tus zapatillas requiere de una serie de pasos, movimientos y productos necesarios que buscan potenciar su conservación, durabilidad y estructura. Para eso, es clave evitar limpiarlas en el lavarropas, emplear productos seguros y cepillos suaves.

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