Cada vez que el calendario señala un viernes 13, muchas personas en Chile y en distintas partes del mundo no pueden evitar una sensación de inquietud. Aunque para algunos se trata de una simple coincidencia, para otros esta fecha está cargada de significados negativos. Ligados profundamente en la historia, la religión, la mitología y hasta en hechos reales que alimentan su siniestra reputación.
En sí, el número 13, eje de esta superstición, ha sido durante siglos un símbolo de mala fortuna. En la Última Cena, fueron 13 los comensales y uno de ellos, Judas Iscariote, fue quien traicionó a Jesús. Para la Biblia, el capítulo 13 del Apocalipsis introduce al Anticristo.
Mientras que, en el Tarot, la carta número 13 representa la muerte, y en la Cábala judía se mencionan 13 espíritus malignos. En la mitología nórdica, Loki, el dios del caos, fue el invitado número 13 en una cena que terminó en tragedia. Incluso la arquitectura ha reflejado este temor: muchos edificios omiten deliberadamente el piso 13.
El viernes, por su parte, tampoco tiene buena fama desde la Edad Media, especialmente en la tradición cristiana, ya que fue el día en que Jesús fue crucificado. A esto se suma una leyenda inglesa que asegura que Eva mordió la manzana prohibida un viernes 13. La combinación de ese día con el temido número ha dado lugar a una de las fechas más supersticiosas del calendario.
Tragedias e historias de un viernes 13
El miedo no es solo simbólico: algunas tragedias han ocurrido un viernes 13 y han reforzado el mito. Entre ellas, el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en 1972, que inspiró las películas ¡Viven! y La sociedad de la nieve. Otro caso fue el naufragio del crucero Costa Concordia en 2012, frente a las costas italianas, que dejó decenas de víctimas.
Y si bien el viernes 13 domina la cultura occidental, en algunos países de habla hispana la desconfianza recae sobre el martes 13. Asociado al dios romano Marte, símbolo de guerra y destrucción, el martes también es visto con recelo. No por nada la caída de Constantinopla, uno de los eventos más trascendentales de la historia, ocurrió un martes 13 de mayo de 1453.
A pesar de que no existen fundamentos científicos que respalden estas creencias, el viernes 13 continúa siendo un día que muchas personas prefieren pasar con cautela. Para algunos, es un motivo de broma o rituales; para otros, una fecha para evitar decisiones importantes. Lo cierto es que la superstición sobrevive, cargada de historia, simbolismo y miedo colectivo.
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