Daniel Fuenzalida contó sobre su nuevo proyecto fuera de la TV, que lo tiene muy contento. Y no se trata de la televisión, si no que es una iniciativa que nació de su pasión por los equinos.

Se trata de un sueño que venía pensando hace algún tiempo que va en ayuda de los niños con TEA (trastorno del espectro autista).

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Hace dos meses, el animador del programa Me Late, se compró cuatro ponis, tres hembras y un pequeño potrillo hijo de una de ellas, contó a Las Últimas Noticias.

«Siempre me han gustado mucho mucho, mucho los caballos y desde niño tenía este sueño, pero lo veía como algo inalcanzable», aseguró.

En 2016 adquirió una parcela en Curacaví. «Al principio me compré el terreno y después fui construyendo, pero hace un par de años empecé a ver la opción de tener porque también siempre fue un sueño tener un poni», confesó al medio.

«Fui pensando en cómo ayudar a niños TEA»

La idea de realizar este proyecto, comenzó cuando Daniel Fuenzalida conoció a una pareja de la que se hicieron muy amigos.

«Ellos me hicieron padrino de su hijo, el Ian, mi ahijado. Él tiene TEA y la mamá lo lleva a equinoterapia», contó.

Al o que agregó que , «Así fui conociendo eso y lo asocié a que a mí me gustan mucho los caballos y los ponis. Fui pensando en cómo ayudar a niños TEA con esta disciplina a través de los ponis y me fui entusiasmando».

Y así, de a poco, fue concretando la idea, de la mano por su amor a los caballos. Así sumó, construyó una caballeriza en su parcela de Curacaví, e instaló a los pequeños equinos.

«Comprarlos salió un poco caro, pero era algo que yo quería, era un sueño», enfatizó Daniel Fuenzalida.

«En el último tiempo he estado con exceso de trabajo, con algunos problemas de pega y allá es un lugar donde quiero ir, antes me distraía estar ahí, pero ahora espero el día de volver (va los fines de semana). Me está sirviendo de terapia, me relajan, me cambian la frecuencia, me bajan la intensidad y la ansiedad», comentó.

Finalmente, Daniel Fuenzalida, recalcó que su idea es abrir la parcela para trabajar con niños TEA sin recursos y que les hagan terapia con los ponis, y también que pudieran ir niños a conocer los ponis. «Ese es mi sueño final».

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