Los Ángeles, la otrora ciudad reconocida por sus tradiciones folclóricas, su agricultura y tradiciones, hoy está secuestrada por el narcotráfico.

Sólo en lo que va de este 2022, 13 personas han sido asesinadas y la gran mayoría, vinculados a crímenes de estas características. En 2021, la cifra llegó a 17 personas.

La última semana la situación se desbordó como nunca en la historia. Tres homicidios, dos de ellos con horas de diferencia atemorizando a la ciudad. En los dos primeros, sus funerales de «alto riesgo» generaron tal nivel de inseguridad que obligaron a colegios y centros de salud a cerrar sus puertas.

Mientras eso ocurría, en paralelo, el OS7 lograba sacar de circulación una gran cantidad de drogas en el sector rural, pero la fiscalía nuevamente optaba por dejar libre a la detenida.

Un inocente asesinado

Lo más lamentable, es que durante el fin de semana, la situación ya sobrepasó a las bandas rivales. Por error, un sicario mató a un inocente. Se trata de un hombre de 31 años, un padre de tres hijos que fue confundido con un sujeto que era buscado por los narcos.

A tal punto se ha llegado, que se ha normalizado escuchar balaceras y fuegos artificiales. Sin embargo, en las poblaciones y barrios, muchos padres se esconden bajo las camas por el temor a recibir disparos.

Hoy la comuna necesita de una gran intervención. Ya las palabras de los políticos de todos los sectores, deben transformarse en hechos. Por otro lado, si los fiscales están atemorizados o son amenazados por sus investigaciones, algo hay que hacer. Si se sucumbe ante el miedo, se seguirá entregando en bandeja la ciudad al narcotráfico.

¿Qué vendrá después? lo que dice la experiencia internacional: Los civiles, el pueblo de a pie, fiscales, políticos y los que sean serán «dados de baja» para atemorizar y tener el control territorial. Ahora los que mueren son NN y por lo tanto, no le importan a nadie. Sin embargo, no se puede esperar a que el muerto tenga un «apellido», para comenzar con acciones más duras. El combate se debe hacer en serio y no a medias tintas. Estamos hablando de gente altamente peligrosa, con un gran poder de fuego y que está dispuesta a lo que sea para continuar con su «negocio».

No da para más

Quizás una buena idea sería generar unidades investigativas que vengan desde afuera y puedan desarticular a estas mafias. Traer fiscales, policías y lo que sea necesario y en secreto, para que puedan trabajar sin miedo. Muchos efectivos policiales, hoy tienen temor solo de ingresar a patrullar a sectores como la Población Los Escritores, Las Américas, Los Profesores y otras. ¿Por qué? porque al ingresar les disparan o amenazan. Lo peor, es que si capturan a los delincuentes, en varias ocasiones, están libres a las pocas horas. Este circulo vicioso ante la sensación de inoperancia del Poder Judicial y la Fiscalía, hacen que ni siquiera haya motivación en denunciar.

En pocas palabras, Los Ángeles ya no da para más. Es hora de actuar, ahora, ya que de lo contrario, en unos pocos meses o años, esto no tendrá vuelta atrás.

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