Se acabó. El sueño de contar con un estadio para Los Ángeles fue sepultado por el gobierno durante la última semana, asegurando que hoy hay otras prioridades, debido al contexto de la pandemia del coronavirus.
«Nuestra propuesta es inyectar recursos en aquellos proyectos que sean más eficientes en la generación de empleos», fue parte de las declaraciones realizadas por el Intendente Sergio Giacaman para justificar la medida.
Se trataba de un proyecto de $22.494 millones de los cuales el Gobierno Regional dispuso de 15 mil millones y los 7 mil restantes corrían por parte del nivel central. Sin embargo, no es desconocido que hubo un intenso lobby político para derrumbar esta iniciativa. Claramente, la rentabilidad social de la iniciativa v/s la rentabilidad electoral, no eran equivalentes. Este proyecto no le sumaba votos al oficialismo, así que había que echarlo abajo.
Junto con ello, en internet es fácil leer frases del tipo «¿para qué se iba a hacer un estadio para un par de hinchas de Iberia?» o «no es necesario un estadio», sin embargo, más allá de uno u otro deporte, existen una gran cantidad de motivos para sí haberlo llevado a cabo.
Se trata de razones, sociales, descentralizadoras, económicas y también políticas que nos hacen pensar que el gobierno aun puede dar pie atrás de este absurdo castigo a una comuna de provincia.
Aquí sólo planteamos 10:
- Porque en 2015 la municipalidad, con acuerdo del concejo, aprobó una inversión de 2 mil 300 millones de pesos para comprar el terreno. Ese dinero se invirtió porque además de una promesa de la Presidente Michelle Bachelet, el Gobierno de Sebastián Piñera dijo que igualmente lo continuarían. Al bajarlo, esa mega inversión, no serviría de nada, perdiendo todos los angelinos.
- Porque luego de un intenso trabajo de autoridades y dirigentes, se logró convencer al Gobierno Regional de aprobar los recursos para que, por primera vez en la historia, aprobaran el presupuesto más grande entregado a un proyecto fuera del Gran Concepción. 15 mil millones de pesos para desarrollar la obra.
- Porque en medio de la pandemia del coronavirus, realizar una inversión así de grande, no sólo permitiría tener una infraestructura de calidad en provincia, si no que además reactivaría la economía a través de la generación de cientos de empleos directos e indirectos.
- Estas obras no sólo generan trabajo para los obreros, sino que la hospedería, comida, ferretería y otros rubros se ven afectados directamente, mejorando los ingresos de todos. En una comuna con alta cesantía, esta obra sí beneficia a todos.
- Porque NO hay ningún otro gran proyecto de envergadura en toda la región del Biobío que se haya frenado producto de la pandemia. Solo se optó por obstaculizar un proyecto que queda fuera del Gran Concepción.
- Porque siempre ha parecido más un intento político que económico bajar el proyecto. El alcalde no es del oficialismo y por lo tanto, hay quienes señalan que no quieren ver a Krause cortando la cinta. Ya el anterior Intendente Jorge Ulloa, bloqueó sin razones concretas el estadio y ahora parece ser más de lo mismo.
- Porque de esta manera, el Gobierno central y el intendente, estarían pasando por encima de los consejeros regionales y de su aprobación de recursos. Es decir, dan una señal que indica que finalmente los votos de los consejeros no tienen ninguna validez.
- Porque el proyecto ya se encontraba en una avanzada etapa y su licitación estaba en curso para iniciar obras.
- Porque es una pésima señal para la descentralización sabotear una iniciativa que costó tantos años.
- Porque el actual Estadio, en los encuentros deportivos y artísticos, ya no reúnen las condiciones de seguridad. Tarde o temprano va a ocurrir algo que se tendrá que lamentar y de ello, tendrán que hacerse cargo las autoridades actuales.