El combate estelar de la UFC prometía. Conor McGregor volvía al octágono para enfrentarse a su última bestia negra: Dustin Poirier. Los fanáticos repletaron el T-Mobile de Las Vegas, pero se llevarían una decepcionante jornada.
Esto ya que el irlandés duró un solo round. Cuando ya la campana estaba a punto de sonar, sufrió una escalofriante lesión en su tobillo izquierdo que rápidamente dio vuelta el mundo.
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En un intercambio de golpes, McGregor dio un paso atrás y su tobillo se dobló. El luchador cayó de inmediato al suelo y comenzó a recibir una lluvia de golpes antes de que se diera por terminado el round. Fue entonces que el árbitro logró dimensionar la gravedad del asunto: una rotura de la parte inferior de la tibia.
Inmediatamente se dio por terminado inmediatamente el combate. Poirier festejaba mesuradamente junto a sus asistentes, mientras que McGregor se lamentaba e insultaba por su mala suerte.
La polémica siguió al momento de declarar al ganador: Poirier remarcó que la lesión fue provocada por una patada mal realizada. Por su parte, McGregor seguía insultando.
Es más, cuando fue su turno de hablar ,remarcó que «Estaba boxeando su cabeza sangrante y pateando su pierna sangrante. Esto no ha terminado».
Otras de las particularidades que tuvo el evento fue la presencia del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien causó la sorpresa del pública asistente: recibió aplausos y abucheos en igual medida.
Revisa la lesión de McGregor en el evento de la UFC a continuación:
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