La última vez que la selección chilena ganó un partido fue a Guinea por 3-2 el 15 de octubre del año pasado, y en partidos oficiales el 21 de junio del mismo año a un Ecuador que dominó el partido y terminó jugando con uno menos. En esta fecha doble terminamos con un punto de 6, perdiendo con Uruguay y empatando con Colombia de locales, rivales directos en el camino a Qatar y, como factor común encontramos la falta de atención durante los últimos minutos de un equipo inexperto como el que tuvo que afrontar estos cotejos.

Puntos altos que rescatar, pocos. Como siempre Alexis, Vidal y en cierta medida Aranguiz e Isla, a los que podemos agregar nuevos valores como Sierralta y Baeza. Señalar más nombres por ahora seria exagerar e intentar dar tintes de triunfo a una fecha  poco fructífera para el seleccionado nacional y que nos tiene en los últimos puestos por ahora, compartiendo con Bolivia y Venezuela, haciéndonos recordar procesos de los años 2002 y 2006.

Colombia nos sobrepasó en lo que saben hacer y que es una formula probada en el futbol cafetero, el desborde de los laterales en velocidad y centro.

El primer gol llega a través de este mecanismo con un Cuadrado que hizo poco, pero con eso le basto para  tener a la retaguardia chilena redoblando la marca.

El segundo gol llegó en los últimos minutos por medio de un centro y falta de concentración en la zaga nacional, permitiendo que Radamel Falcao metiera la pelota en la red. Nuestra selección, por otra parte llegó al gol por medio de un penal cobrado por el Var y el segundo por un centro ejecutado por Isla, una mala solución entre Vargas y Vidal, siendo todo aprovechado por Alexis.

Bien dijo Alexis al final del partido, falta gente con experiencia y gente joven. Queiroz se lleva un punto importantísimo y desde lo futbolístico logró que la selección Colombia dominara los primeros 30 minutos del primer tiempo y todo el segundo lapso,  donde nuestra selección entregó la cancha, entregó el juego y si bien el seleccionado caribeño abusó del centro, nuestra selección tampoco tuvo mucho para mostrar y combatir. Más aun, el hambre de triunfo siempre lo mostró con más ímpetu el cuadro colombiano, lo que quedó en evidencia al sacar al mediocampista Wilmar Barrios y hacer ingresar al sempiterno goleador Radamel Falcao, mientras en la vereda del frente Reinaldo Rueda daba potentes señales al sacar a Pinares – que deja claro que no está en ritmo de selección- y hacer ingresar a un Fuenzalida falto de tiempo y fútbol en un partido de pierna fuerte y, como guinda de la torta, Rueda se dio el gusto de sacar a Vargas para que entre Díaz a reforzar la retaguardia, o mejor dicho a aguantar el triunfo, lo que no dio el resultado esperado.

No vale la pena adentrarnos a un análisis hombre a hombre o, más aun, buscar explicaciones de un porqué nos estaresultando todo tan mal, cuando la respuesta parece obvia. Lo que urge es una reestructuración del futbol chileno, rogar para que los 7 u 8 seleccionados que se encuentran lesionados tengan pronta recuperación, ya que no tenemos el recambio prometido por Rueda – salvo en determinadas posiciones – y comenzar un trabajo serio que venga con señales potentes y agresivas desde el banco, lo que hasta ahora no se le ve a un Rueda que parece más vacacionar por Juan Pinto Duran que preparar una estrategia viable para nuestro futbol.