Para los futboleros, encender la televisión los días sábados y domingos sólo genera sin sabores. Ya no somos testigos de la magia de Messi, la potencia de Cristiano Ronaldo o la habilidad de Mohamed Salah. En el ámbito local, nos hemos perdido clásicos del futbol de honor y con ello más de una conversación de día lunes respecto a un golazo, una expulsión o una polémica desatada. Todo esto por el Covid-19.

Sin embargo, en muchas partes del mundo, con la intención de mantener viva la llama futbolera, repiten partidos memorables de la Champions, mundiales y finales de copa América, se entrevistan con futbolistas, activos y retirados, e intentan conseguir que –siguiendo los dichos de Diego Armando Maradona – la pelota no se manche. Es en este ritmo de entrevistas, que se generó una sabrosa polémica a raíz de los dichos del que es considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, campeón del mundo con Argentina el ’78, nos referimos a Mario Alberto Kempes. Este último, en conversación con Los Tenores de Radio ADN señaló que «Me da una alegría grande que Fernández Vial vuelva al fútbol profesional, porque es un equipo que tiene que estar allá arriba. Lo digo más de corazón que de cabeza, pero yo creo que es un equipo que siempre ha tenido que estar ahí, debido a que es el segundo, porque Concepción siempre ha sido el primero«. Declaraciones incendiarias que dejan víctimas en el camino.

Hay que recordar que por los albores del año 1966, se funda “Deportes Concepción Unido”, fruto de la reunión en un solo equipo de varios conglomerados deportivos, con la finalidad de que hubiera un solo representante de la cueca penquista. En la vereda del frente se encontraba el equipo ferroviario, nacido casi 80 años antes y cuyo nombre nace en honor al sobreviviente homónimo del combate naval de Iquique, quienes se opusieron a la idea, generando un germen de rivalidad que se fue acrecentando con el tiempo. Lo cierto que ésta se manifestaba de vez en cuando en uno que otro partido amistoso, ya que Deportes Concepción ingresó a la segunda división el año ’66 y los ferroviarios solo ingresaron a tercera en el año 1981 tras años en el amateurismo, por lo que el primer enfrentamiento oficial data del año del año 1982 en el estadio Collao (actual Ester Roa Rebolledo) el cual termino sin goles y con expulsados en ambos equipos, de donde destaca un conocido por las filas “del Vial”, el ex entrenador de la Roja, Nelson Acosta.

Desde esa fecha en adelante, la rivalidad ferviente transformo este partido en el “clásico penquista”, el cual se vivió en 14 oportunidades en primera división, con 9 empates, 2 triunfos para “el Vial” y 3 para “el Conce”, siendo el último de ellos el 27 de septiembre de 1992, ante un Collao con más de 8.000 espectadores.

El aludido Mario Kempes vistió la camiseta aurinegra el año ’95 cuando el equipo luchaba en la segunda división, mismo año en que los lilas retornaban a primera de la mano de Fernando Cavalleri en la banca. Se transformó en la figura del equipo, anoto 5 dianas y fue la figura del equipo ese año, tras el cual decidiría colgar los botines y decir adiós al futbol profesional. En este contexto, es muy posible que Kempes no haya sabido a cabalidad las diferencias que existen entre los hinchas de ambos equipos y la trascendencia que tienen sus palabras a este lado de la cordillera, toda vez que le ha permitido a los hinchas lilas hacer un verdadero festín con los vialinos, señalándoles que uno de sus propias filas, y nada más ni nada menos que aquel campeón del mundo que enorgullecía sus filas, reconoció al león de Collao como el más grande. 

Dichos más o dichos menos, la verdad es que la representatividad de ambos equipos en la zona no está en duda y las pasiones heredadas que nos entregan superan muchas veces la comprensión de nuestros pares. Así las cosas, siempre se deberá reconocer a ambos equipos como grandes de la octava región. Incluso Kempes quiso arreglar su “metida de pata” señalando que se refería a la U de Concepción. Excusas tardías que no evitaran que por años los penquistas se vayan a aferrar a sus expresiones para hacer mofa de Arturo Fernandez Vial.