En Cabrero desde hace ya unos años un local comercial ha marcado la diferencia en el principal punto urbano de transporte, por una idea que ha logrado llegar mucho más allá en apoyo a las madres que se movilizaban por el lugar
En medio del movimiento del terminal de buses Santa Catalina de dicha ciudad, un pequeño local llamado Guztón se ha transformado en un ejemplo de empatía y compromiso con las madres. En un lugar donde todos los días circulan cientos o tal vez miles de personas que utilizan las diferentes líneas para ir a sus destinos.
Es así que, desde 2017, su dueña, Katherine Toledo, habilitó un espacio exclusivo y gratuito para que las mujeres puedan amamantar a sus hijos, creando consigo un lugar cómodo y digno, recibiendo además un té en invierno o un jugo en verano como gesto de cortesía.
La idea nació en un contexto donde la lactancia en público era constantemente cuestionada y, en muchos casos, las madres eran enviadas a los baños para alimentar a sus bebés. “Eso no es un lugar digno para nadie. Por eso decidimos implementar dentro del local un espacio cómodo, con sillones, para que las mamás se sientan tranquilas y acogidas”, explica Toledo, quien desde entonces mantiene esta iniciativa que ha sido destacada incluso en medios de comunicación locales.

Un gesto que emociona a las familias en Cabrero
El recibimiento ha sido profundamente positivo. Katherine recuerda que muchas madres, e incluso abuelas, se han emocionado hasta las lágrimas al descubrir el espacio. “Nos pasa seguido que llegan, sacan fotos y se sorprenden. Todos coincidimos en lo mismo: en vez de promover la lactancia, muchas veces se cuestiona a las mamás por dar pecho en público. Es injusto, porque alimentar a un hijo no debería ser motivo de crítica”, señala.
La emprendedora enfatiza que el prejuicio no solo proviene de hombres, sino también de otras mujeres, algo que la invita a reflexionar. “En tiempos en que se habla tanto de feminismo, deberíamos ser más empáticas. La sororidad también significa apoyar estas prácticas que son naturales y fundamentales. La lactancia es un derecho y no debe esconderse”, afirma.
El servicio no está restringido únicamente a madres con bebés lactantes que buscan un refugio y un momento de relajo. También acoge a mujeres con niños pequeños que esperan buses, necesitan descansar o dar comida a sus hijos mayores.
“Las mamitas solo tienen que entrar, pedir su tecito o jugo y ocupar el espacio. Muchas veces incluso se quedan un rato con los niños, dan la papilla o dejan que duerman una siesta. La idea es dar tranquilidad y un espacio digno, no esconderse en un baño”, comenta Katherine.

Una semilla que sigue creciendo
Con el paso de los años, Guztón se ha consolidado como un lugar con identidad propia dentro del terminal de Cabrero. No solo ofrece productos a los pasajeros, sino que también entrega un mensaje potente: la lactancia es natural, necesaria y merece respeto.
“Me emociona ver la reacción de las mamás cuando leen el letrero o cuando usan el espacio. La lactancia existe desde el inicio del mundo y no debería perderse. Ojalá más locales se sumen a este tipo de iniciativas”, agrega Toledo.
El local Guztón se ubica en el número 15 del terminal Santa Catalina de Cabrero y está abierto para recibir a todas las madres que lo necesiten. Con pequeños gestos como este, se busca derribar prejuicios y fomentar la empatía en torno a un acto tan humano y esencial como alimentar a un hijo.
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