Banco de Rere

A orillas del río Claro, a pocos kilómetros de la comuna de Yumbel, la localidad de Rere guarda un capítulo poco conocido pero fascinante en la historia económica de Chile. En pleno corazón del siglo XIX, esta pequeña villa vivió un episodio que aún hoy asombra por su audacia y modernidad. Con la creación de su propio banco, con billetes encargados para circular en la zona.

El Banco de Rere fue fundado el 15 de enero de 1889, en lo que entonces se conocía como la Villa San Luis Gonzaga de Rere. Como medio de un periodo de bonanza agrícola y minera en la Provincia de Biobío. Se convirtió en una de las pocas localidades rurales del país en contar con una entidad financiera propia, un hecho extraordinario para su época.

Los principales socios fundadores fueron Juan José Martínez y Luna y José María Moreno y Tejeda, ambos agricultores de la zona, quienes adquirieron la mayor cantidad de acciones. A ellos se sumaron Juan Iglesias y Rojas, agricultor del departamento de Rere; Hermenegildo Sanhueza y Díaz y Bartolo Barra y Gutiérrez, comerciantes locales. Además de  Carmen Daroch, comerciante autorizada por su esposo Pablo José de la Jara y Gallardo, según consta en la escritura constitutiva. La participación de Daroch es notable, pues representa uno de los pocos ejemplos documentados de mujeres en posiciones empresariales durante aquella época.

El banco no solo destacó por su fundación, sino también por su carácter innovador. En un intento por consolidarse como una institución financiera completa, encargó a la prestigiosa firma Waterlow and Sons de Londres la impresión de sus propios billetes de 10 y 20 pesos. Estas piezas, que hoy son verdaderas joyas numismáticas, incluían imágenes alegóricas como Minerva, símbolo de la sabiduría. Sumado a escenas de la vida productiva local, como agricultores con bueyes y una locomotora, reflejando el espíritu de trabajo y desarrollo de la región.

Sin embargo, el sueño del Banco de Rere enfrentó obstáculos que terminaron por sellar su destino. Algunas versiones sostienen que los billetes nunca llegaron a circular, debido a que la institución cerró antes de recibirlos. Otras fuentes indican que cambios en la legislación nacional prohibieron a los bancos privados emitir su propia moneda, frustrando así el intento de circulación.

El 21 de marzo de 1895, un decreto presidencial fijó un límite para la emisión de billetes del banco, tope que había sido modificado en diversas ocasiones entre 1893 y 1895. El último balance contable de la institución data de diciembre de 1897, marcando el final de su breve pero significativa existencia.

Hoy, más de un siglo después, el Banco de Rere permanece como un símbolo del empuje y la visión de una comunidad que se atrevió a soñar en grande. Fue una experiencia pionera en el Chile rural del siglo XIX, que dejó huella no solo en la historia local. Sino también en la memoria de una nación que aún descubre, en rincones como Rere, los vestigios de su riqueza patrimonial y cultural.

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