Con una época de gloria, el sonido de las locomotoras y los miles de pasajeros que realizaron el recorrido, hoy no queda nada, solo una copa de agua que recuerda cuando la estación de Santa Bárbara era parte del mundo ferroviario en el Biobío.
Ubicado a casi 40 kilómetros de Los Ángeles, se encuentra lo que para muchos es la capital de la miel, debido a sus empresas y el hermoso paisaje precordillerano existente. Pero, aquí no solamente está el río Biobío, ya que también vestigios de lo que alguna vez tuvo y que unió comunas.
Se trata de la antigua estación ferroviaria de Santa Bárbara, la cual era literalmente el fin del principal ramal que había en nuestra zona, pero volvamos un poco al pasado. Corría el año 1873, más o menos a mitad de esa época, cuando el ferrocarril de Talcahuano a Chillán era unido por San Rosendo. Principalmente gracias a una inversión privada para conectar el puerto con las producciones agrícolas.
En medio de esta, fueron autorizados dos ramales: Santa Fe – Los Ángeles y San Rosendo – Angol, este último por Renaico, donde quedan ruinas. Posteriormente se toma la decisión de extender las vías mucho más allá. Llegando a un total de 60 kilómetros de este ramal, por así decirlo, secundario.
Después de la estación de Los Ángeles, venían tres pequeñas, correspondientes a Cuñibal, la cual aún sigue en pie gracias al cuidado de sus dueños, Campo Alegre y Mañil. Estas últimas ya tienen muy pocos vestigios. Así, posteriormente el tren llegaba hasta Santa Bárbara, el último lugar para pasar a la tornamesa y volver en sentido contrario.

El fin de la estación Santa Bárbara
Para la época de 1970, este tramo del ramal constaba con dos frecuencias los días lunes, miércoles y viernes. Mientras que los días feriados solamente una que unía con Los Ángeles. Recorridos que, durante los kilómetros, bordeaban grandes terrenos y árboles, bajo un paisaje ganadero y agrícola.
Pero lamentablemente todo debía llegar a su fin, no solamente por los avances de la urbanización. Ya que se sumaron varios factores que unidos provocaron que muchos ramales fueran levantados. Especificamente por los años 80, cuando el servicio finalmente no siguió y el tren llegaba hasta la capital provincial del Biobío. Luego las estaciones, en la mayoría de los casos, quedaron abandonadas o destruidas, como en Los Ángeles, que lamentablemente fue eliminado.
Hoy en el recuerdo, donde se ubicaba la antigua estación —cercano a calle Baquedano y al parque urbano— existe una antigua copa de agua. La cual tenía como función entregar este vital elemento a las locomotoras que retornaban nuevamente al sur. Todo esto siempre bajo el ruido de sus grandes motores que eran oídos a muchas cuadras.
A esto se suma de quienes usaron este servicio, y que para el “Día del Patrimonio” en Santa Bárbara es recordado con pinturas y dioramas. Más aún con aquellos relatos que reúnen a quienes aman los trenes y la historia local en el Biobío.
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