Nacimiento guarda en su corazón una figura emblemática que encarna esfuerzo, resiliencia y dedicación: Miledy Antune Antonio, conocida cariñosamente como Milita. Con una trayectoria que abarca más de seis décadas, esta comerciante ha transformado su pasión por el servicio en un legado que trasciende generaciones.
Nacida el 9 de junio de 1940 en Los Ángeles, Milita es hija de Jorge Antune, de ascendencia libanesa, y Lidia Antonio, chilena. En su hogar, valores como el esfuerzo y la constancia fueron pilares fundamentales que moldearon su carácter.
Madre de Marcela Espinoza Antune y orgullosa abuela de dos nietos, Milita ha construido una vida dedicada a su familia y al comercio. Y más aún, al servicio y entrega de la capital alfarera del Biobío.
El primer paso hacia el emprendimiento de Milita
Con apenas 17 años, Milita inició su camino laboral en la librería de un tío, un espacio donde descubrió su afinidad por el comercio y su vocación por el servicio. Su determinación la llevó a abrir su propio negocio en un local arrendado en la intersección de calles Prieto y Freire, un lugar que durante 20 años se convirtió en un referente para los habitantes de Nacimiento.
La tragedia tocó su puerta cuando un incendio destruyó su negocio, llevándose consigo los frutos de años de trabajo. Lejos de rendirse, Milita transformó la adversidad en una oportunidad.
Se trasladó al mercado municipal de Nacimiento, donde desde hace más de 40 años sigue atendiendo con la misma energía que la caracteriza. Este lugar no solo es un punto comercial, sino un espacio de conexión con su comunidad.
El mercado municipal se ha convertido en el escenario donde Milita despliega su calidez y dedicación. Más que una vendedora, es una consejera, amiga y ejemplo para todos quienes la visitan. Su historia es un testimonio de que el verdadero éxito radica en la capacidad de superar los desafíos y seguir adelante con amor por lo que se hace.
Inspiración para el presente y el futuro
Hoy, a sus 84 años, Milita continúa trabajando con la misma pasión que la impulsó en sus inicios. “El amor por lo que hago y por mi gente” es su mantra, una frase que refleja su compromiso con Nacimiento y su gente. Su legado es un recordatorio de que, con esfuerzo y dedicación, es posible transformar los sueños en realidades duraderas.
El impacto de Milita en el comercio local es innegable. Su historia no solo inspira, sino que reafirma el valor del esfuerzo diario y la conexión con la comunidad. En Nacimiento, su nombre quedará grabado como sinónimo de perseverancia y amor por el servicio.
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