La violencia intrafamiliar en la región ha disminuido en un 8,11% en los últimos tres años; sin embargo, las comunas rurales de la Provincia de Biobío continúan presentando las tasas más altas. Alto Biobío, Antuco y Quilaco lideraron en reportes en 2021 y 2022, mientras que en 2023, los mayores índices de violencia se registraron en Negrete, Santa Bárbara, Alto Biobío, Los Ángeles, Tucapel y Yumbel.

A pocos días del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, el Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales Faro UDD presentó el boletín “Violencia y pobreza en Biobío: la deuda de la sociedad hacia la mujer”. Este informe expone cómo persiste una brecha en la participación laboral femenina, que aún es significativamente menor a la de los hombres debido a su rol tradicional de cuidadoras.

Brecha de género

Durante los últimos cinco años, la brecha de género en el empleo ha disminuido en un 15%. En 2017, la diferencia era de -26,4 puntos porcentuales, y en 2022, de -22,7 puntos. La participación laboral masculina ha disminuido un 3,3%, mientras que la femenina ha crecido un 3,2%, aunque la disparidad sigue siendo notable.

En comparación con otras regiones, algunas han logrado avances considerables en reducir esta brecha. Aysén encabeza la lista con una disminución de 7,6 puntos porcentuales, seguida de Los Ríos, Antofagasta y Coquimbo. No obstante, Maule y Magallanes han registrado un leve incremento en la diferencia.

La tasa de desempleo también refleja esta disparidad. Aunque la diferencia es mínima (-0,6 p.p. en 2023), la desocupación femenina ha aumentado en un 3,7% entre 2021 y 2023, mientras que la masculina solo subió un 1,3% en el mismo lapso.

El ingreso autónomo en los hogares de Biobío sigue dominado por los hombres. En los últimos cinco años, ha incrementado un 1,6% el porcentaje de hogares cuyo ingreso principal proviene de ellos, mientras que los hogares cuyo sustento principal lo aporta una mujer han disminuido un 2,6%.

Para mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral, el estudio del Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales Faro UDD recomienda que el estado debería implementar medidas en el sector informal, como la exención del IVA para pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, el reciente anuncio de aplicar IVA a las ventas menores del comercio informal podría afectar principalmente a las mujeres cuidadoras, limitando su capacidad de generar ingresos.

Por último, se plantea la posibilidad de valorar el trabajo doméstico no remunerado a través de una métrica alternativa al PIB, lo que permitiría reconocer su aporte a la economía. Redirigir fondos hacia un bono de reconocimiento por el trabajo doméstico fortalecería a las familias sin necesidad de nuevos impuestos, redistribuyendo recursos para reducir la desigualdad de género.

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