José Luis Rivera Sandoval, un joven de la ciudad de Los Ángeles, en la Región del Biobío, se encuentra desaparecido desde el 13 de julio de 2022. A pesar de los esfuerzos incansables de la familia, especialmente el de su madre, Rosa Sandoval Gatica, el misterio en torno a la desaparición sigue.
Según relató la mujer, ella fue a dejar a su hijo al instituto Santo Tomás el día en que a este se le perdió el rastro. “Estaba terminando su carrera con excelentes calificaciones”, comentó.
El hermano mayor de José Luis recabó imágenes y encontró que el joven subió a un bus en dirección a Huépil, en la comuna de Tucapel. Por eso, tienen la certeza que pasó por esa localidad. El chofer del bus indicó que el joven se habría bajado en el sector Reñico a la salida de Huépil, camino a Yungay.
“Durante esos días llovió mucho, por lo tanto, fue muy difícil seguir un rastro”, dice la madre de José Luis, a dos años de su desaparición. El 13 de julio de 2022 fue el último día en que fue visto. Tras la denuncia por presunta desgracia, Fiscalía ordenó la búsqueda del joven el día 29 de julio, por tanto, según recalcó Rosa, fueron 16 días en que no hubo búsqueda por parte de los organismos correspondientes.
A juicio de su madre esos días eran clave para no perder el rastro. Entre las teorías que ella baraja piensa que pudo haber sido un atropello, un asalto, alguien que lo trasladó a otro tramo, o él mismo que se internó en algún bosque. Lo concreto es que a dos años no hay ninguna pista concluyente por parte de investigaciones.
La búsqueda de instruida por Fiscalía duró seis meses, pero fue de forma esporádica, comenta la madre. “Por parte de la familia sí hubo una búsqueda día tras día los primeros meses, pero este último tiempo me quedé sola”. Añadió que “el papá de José Luis tiene otra familia y no puede apoyarme porque tiene problemas con sus piernas”.
La madre ve en sueños el lugar de su paradero en la Provincia de Biobío
La señora Rosa recorrió toda la rivera del río Huépil. Incluso, cuando fueron las lluvias y las inundaciones ella caminó kilómetros viendo qué dejaba el río a su paso. Hace un año está pidiendo que las autoridades la ayuden en la búsqueda hacia el lado opuesto, es decir, hacia los montes. Es ahí donde ella está concentrando su energía actualmente, en un sector llamado La Colonia.
“Él me indica, me lleva, pero el lugar es tan inmenso que no logro llegar, pero yo sigo porque él me nombra La Colonia”, cuenta sin perder la esperanza.
“Voy sola por montes, kilómetros y quebradas. Tengo a mi compañero, pero él debe trabajar para poder seguir con la búsqueda”, sostiene. Con sus ingresos debe subvencionar peajes y bencina. “Hospedaje afortunadamente no he pagado porque la gente ha sido muy generosa”. Se levanta muy temprano cada día, llevando una mochila con una sábana blanca por si encuentra a su hijo y así envolverlo, comentan los lugareños.
Su preocupación principal al día de hoy es que no se cierre el caso. Ella espera que la Fiscalía pueda enviar nuevas órdenes de búsqueda, ya que hoy no existen pistas ni pruebas, ningún rastro concreto de José Luis. Durante los últimos días, en el marco de los dos años que cumple la desaparición de su hijo, su historia se ha viralizado en redes sociales. Clama por ayuda por parte de las autoridades.
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