La provincia de Biobío siempre ha estado envuelta en leyendas y situaciones que claramente llaman la atención. Tal es el caso de la historia del “Cerro del Diablo”, ubicado en una localidad de la comuna de Quilleco.
A solo 35 kilómetros de Los Ángeles, se encuentra la localidad de Villa Mercedes, perteneciente a Quilleco. Es un pequeño sector compuesto por algunas cuadras, y cercano a este se encuentra Canteras, muy reconocido por la historia de Bernardo O’Higgins.
Al llegar a esta villa y si seguimos por la ruta Q-45, aproximadamente un kilómetro, encontramos un lugar conocido por muchos como «El Cerro del Diablo». Este punto, que para los residentes es algo extraño e incluso motivo de advertencias para no visitarlo, está envuelto en mitos y leyendas. Es uno de esos lugares donde la actividad paranormal se manifiesta sin problemas.
Según cuentan los locales, hace mucho tiempo, un párroco atendía su iglesia en este lugar como de costumbre. Era un religioso muy famoso, ya que podía llevar la calma y la paz a cualquiera que lo escuchara con sus prédicas.
Sin embargo, esta fama llegó supuestamente a los oídos del mismo diablo, quien fue en busca del párroco y se le apareció en aquel cerro. Pidiéndole que trabajara para él y ofreciéndole a cambio cualquier deseo que tuviera.
Pero, firme en su fe y consciente de las tentaciones del maligno, el sacerdote rechazó la oferta. Ante esto, el diablo, enfurecido por la negativa, lanzó una maldición que dejó al párroco sin poder hablar y, por lo tanto, sin poder predicar.
Después de eso y con el pasar de los años, el religioso desapareció. No se supo más de él. Algunos dicen que se fue del lugar por no poder cumplir su misión. Y otros afirman que lamentablemente se suicidó, hipótesis que nunca se lograron establecer.
Sucesos paranormales son recurrentes
Por esta historia, aquel cerro recibió su nombre. No obstante, las leyendas no terminaron allí, ya que hay varios relatos extraños y curiosos que envuelven al “Cerro del Diablo”, especialmente para quienes no son del sector.
Uno de estos relatos, y el más antiguo, de los años 40, cuando una familia observó en lo alto del cerro varias luces de color rojizo. Estas luces se encontraban a un metro de altura, y según la cultura mapuche, están asociadas a hitos de importancia o sucesos que deben ser respetados.
Por otro lado, algunas personas han mencionado que, al realizar algún tipo de actividad, ya sea la caza o simplemente andar en bicicleta. Son perseguidos por seres que no han visto anteriormente y que de un momento a otro desaparecen.
Además, en el lugar se han reportado varios accidentes de tránsito. Lo curioso es que quienes pasan por allí dicen que existe una sensación de pena o de negatividad. Incluso, se ha señalado que quienes transiten por estas cercanías deben evitar observar el cerro, especialmente si es de noche o hay neblina.
Si bien no existe una explicación detallada de lo que ocurre en este lugar, la leyenda del “Cerro del Diablo” sigue viva con el pasar de los años. Estas historias se suman a muchos otros lugares que iremos conociendo y a las maravillas que oculta la provincia de Biobío.
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