Nuestra provincia es un mundo de historias y reliquias, lugares que más de alguno tuvo un amor o algo que los marcó de por vida. Pero algo que literalmente fue olvidado es la antigua estación ferroviaria de Nacimiento.
Conocida como la cuna alfarera de Biobío, donde su patrimonio sigue en pie, como lo es el Fuerte Nacimiento, esta ciudad enmarca un hito que alguna vez fue parte del consagrado uso del tren. Maquinarias y vagones eran el quehacer que durante el siglo XX se hizo notar.
Durante el año 1889, cuando el tren ya daba sus inicios en Negrete, con la estación de Coihue, Joaquín Días Garcés y Eurípides Ruiz Saavedra tuvieron la idea de que también este transporte llegara a otras zonas. Lo positivo era que los terrenos al oriente del río Vergara eran de su propiedad.
Por tal razón y a favor de un proyecto, decidieron donar terreno para unir por medio de un ramal hacia Nacimiento. Fue así que tras varios años de trabajo, en 1909 se pudo comenzar la construcción del ramal Coihue-Nacimiento, con un total de 7.8 kilómetros.

A 100 años de la independencia de Chile el tren hizo lo suyo en Nacimiento
Y para el año 1918, cuando se cumplió el centenario de la independencia de Chile, la comuna ya podía decir que contaba con la unión ferroviaria. Y con esto, un gran cambio para todos, especialmente la estación en Nacimiento.
Esto permitió que los habitantes pudieran llegar a diferentes destinos, haciendo transbordos hacia Renaico, Angol, Los Ángeles y Concepción, por nombrar algunas ciudades, y también considerando las localidades por donde pasaba el tren.
Pasaron los años, y a mediados de 1964 se inauguró la planta de papel periódico Inforsa en Nacimiento. Por tal razón, se construyó un leve desvío a un kilómetro al este de la conocida estación nacimentana, con la finalidad de transportar la madera y papel por esta vía.


El fin de una era ferroviaria
Lamentablemente, como ha pasado en muchas ciudades, como Los Ángeles y Mulchén, el ramal fue cerrado para el uso del ferrocarril de pasajeros en la década de los años 1980, debido a políticas de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado.
Mientras que en los años 1990, se anexó un desvío al patio de maniobras frente a la planta de Celulosa Santa Fe, la cual actualmente está operativa, cumpliendo funciones de carga entre dicha empresa y los puertos costeros, operado por TRANSAP.
Finalmente, las antiguas vías y durmientes, junto con la hermosa estación, fueron levantados. Además, delincuentes quemaron la estación, solo por maldad. La historia ahí quedó y con esto el recuerdo de miles que usaron esta vía de comunicación.
Hoy en día, ya solo queda un vestigio en la entrada de Nacimiento: un pequeño ramal con una máquina ferroviaria, que da la bienvenida a la actual población que lleva el mismo nombre, recordando lo que alguna vez significó un cambio en la modernidad de la ciudad.
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