- Con una inversión acumulada cercana a los $185 millones, los sabores y sueños locales del programa “Incuba Turismo” del Centro de Emprendimiento de Colbún (CEC) ha apoyado más de 80 iniciativas con foco en el desarrollo local de sus comunidades. En este reportaje, tres exponentes culinarios ganadores de la versión 2020 dan cuenta de sus progresos y sueños.
Talento y empuje hay de sobra en la provincia del Biobío y el Centro de Emprendimiento de Colbún (CEC) lo tiene claro. Es por eso que, en sus 10 años de existencia, ha apostado por apoyar del desarrollo de emprendedores de las comunas como Quilaco y Santa Bárbara.
Así lo explica Julián Perret, Jefe de Asuntos Públicos, Zona Biobío de Colbún. “En nuestra búsqueda por aportar al desarrollo de las comunidades hemos privilegiado el apoyo del emprendimiento y lo hemos realizado con una mirada integral. Recursos para partir, capacitaciones y asesorías para sostenerse y crecer. Este proceso ejecutado a través del Centro de Emprendimiento, ha logrado sus objetivos completamente y junto con otros programas ha impulsado todo el ecosistema emprendedor local con un fuerte impacto en el turismo”.
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En efecto, a través de esta iniciativa, se han potenciado más de 80 ideas con montos de inversión directos cercanos a los $185 millones, lo que puede llegar a duplicarse al considerar el cofinanciamiento de los propios emprendedores. Al aporte de recursos se suman un fuerte apoyo en cursos y capacitaciones para acompañar a los emprendedores durante todo el proceso, de manera de lograr su sustentabilidad.
Conocimos las historias de tres de estos emprendedores, quienes nos contaron su experiencia sobre sus sabores y sueños locales.
Conoce los sabores y sueños locales en la voz de sus protagonistas
Alejandra Ortiz de Cervecería Huequecura: “Bebidas con toque local y recetas ancestrales”
Esta ingeniera en alimentos en 2018 decidió lanzarse junto a su pareja a producir cervezas artesanales con sello local. Es por eso que, de sus 6 variedades de bebida, dos tienen sabores a miel y maqui, elementos típicos del sector. Hoy incursiona en un nuevo producto, también con raíces ancestrales: la hidromiel. “Este es un fermentado a base de agua y miel y es uno de los licores más antiguos que ha existido, pero es poco conocido en Chile”, precisa.
El producto saldrá a la venta en un par de semana más. “Actualmente estamos trabajando en los prototipos e irá destinado a hoteles y supermercados de todo Chile esperamos”, explica.
Para Alejandra, parte importante de su crecimiento ha sido de la mano del Incuba Turismo: “El CEC nos ha acompañado desde el segundo año de trabajo y ya me he adjudicado 2 de estos fondos, uno para las cervezas y otro para la hidromiel”. Añade que este apoyo no es tan solo económico, “también hay bastante capacitación y van contigo de la mano, acompañándote”.
Esta emprendedora vive actualmente en Santa Barbará, al lado de su fábrica y reconoce que ha tenido un crecimiento importante que se ha sobrepuesto a la pandemia, por lo que miran el futuro con optimismo, pensando en traspasar las fronteras de la provincia.
Felipe Gangas de “Come y Calle”: “Estilo e innovación del food truck a la mesa”
A sus 33 años, la pasión de Felipe es la cocina, gusto que heredó de su abuela. Por eso, lo primero en que pensó cuando decidió ser independiente fue tener un food truck y postuló a su primer Incuba Turismo. “Yo llegué con la idea y con ellos hicimos todo el plan de negocios”, señala. Así nació “Come y Calle”, con un carro reacondicionado que instaló en las calles de Santa Bárbara. Felipe reconoce que este tiempo ha sido de altos y bajos debido al estallido social y la pandemia, por lo que tuvo que reinventarse. “Hoy, como delivery hemos funcionado muy bien y estamos aprendiendo y mejorando día a día”, precisa.
Actualmente, junto a un amigo, trabajan para instalar un café restobar, ubicado en el centro de la ciudad, el cual, también cuenta con apoyo del Incuba Turismo. “Vamos a pasar a ser restobar de dos niveles, donde tendremos desayunos, helados, creps dulces, chorrillanas, pizzas, hamburguesas, etc. Además, contaremos con una pequeña terraza con 6 mesas. Todo buscando siempre innovar trayendo productos distintos, siguiendo las tendencias de la industria”, indica entusiasmado.
Sobre el aporte de Incuba, destaca: “Más que la plata, los que realizan este programa te dan las herramientas a través de sus capacitaciones, la gente se involucra, hacen un seguimiento, hay un trabajo en equipo”. En 10 años aspira a tener su propia franquicia y consolidarse en este rubro, más allá de Biobío.
Michelle Sotomayor de “A la Rusty”: “Pizzas rústicas con sabores ancestrales y foco ecológico”
Esta ingeniera prevencionista de riesgos inició su emprendimiento culinario en la comuna de Quilaco. Uniendo su espíritu emprendedor y las habilidades culinarias de su madre formaron “Las Delicias de Mamá”, restorán que ya tiene una clientela estable. Pensando en ampliar su rubro, Michelle pronto abrirá un nuevo local enfocado en otro producto gastronómico: pizzas artesanales con productos propios del lugar.
Con “A la Rusty” no solo busca entregar algo distinto e innovador, sino también generar una cadena productiva con recolectores de la comuna: “La idea partió de ahí, de poder trabajar con ellos, comprarles sus productos y capacitarlos en la forma correcta de hacer la recolección, para que sea sustentable”, dice.
Para concretar esta iniciativa el aporte de Incuba Turismo ha sido relevante. “La verdad es que yo no creía mucho en ellos al principio, pero le he sacado harto provecho. Con los fondos que recibí hemos comprado maquinaria, como una selladora al vacío de tipo industrial, para poder disfrutar de los productos típicos como el changle, durante todo el año. Además, las profesionales creyeron en mí y me han guiado, así que estoy súper contenta”, afirma.
Con su local apuntará a un público distinto al del restorán, pensando en complementar su oferta. Y aunque la pandemia le ha generado algunos retrasos, Michelle sigue avanzando y espera poder ayudar a otros emprendedores a surgir.