Una carta enviada al Obispo de Los Ángeles, Felipe Bacarreza y que llegó hasta El Contraste, evidenciaron la incomodidad que ha generado en los católicos de la ciudad de Los Ángeles, la decisión de monseñor de insistir en las celebraciones eucarísticas, pese al dictamen del Ministerio de Salud.
En la misiva, junto con pedirle recapacitar en sus dichos, los fieles – 169 que firman la carta – le indican que «como católicos activos en nuestras comunidades y celosos de la Sagrada Eucaristía Dominical, nos sentimos profundamente preocupados y alarmados por la carta enviada por Ud. a nuestros sacerdotes, donde da instrucciones de no cancelar la Eucaristía Dominical y, además, aumentar las Misas, a pesar de estar viviendo un tiempo en que se solicita cuarentena».
Junto con ello, le expresan su deseo de «la cancelación de Misas con asistencia de fieles y cerrar los templos católicos de la Diócesis, a fin de aportar de una manera más efectiva y drástica en la no propagación de este catastrófico virus».
«Sabemos que autoridades locales de Gobierno han conversado con usted sobre la posibilidad de suspender las Misas, ante lo cual usted responde con negativa y, además, pide al clero el aumento de la cantidad ya existente de celebraciones».
REVISA LA CARTA COMPLETA DE LOS FIELES A CONTINUACIÓN
Domingo deLaetare
Monseñor Felipe Bacarreza Rodríguez Obispo de Santa María de Los Ángeles PRESENTE
Estimado Don Felipe
Sin duda la contingencia mundial y, particularmente en nuestra patria, ha sido un evento en el cual todos nos hemos visto afectados con el cambio en nuestras rutinas propias del diario vivir. Esperamos confiados en la Mano Misericordiosa de nuestro Señor Jesucristo, y bajo el amparo de Nuestra Señora de Los Ángeles, la Santísima Virgen María, que esta realidad sea más breve de lo que se estima y que sea menor la cantidad de afectados y fallecidos por el COVID-19, popularmente llamado “Coronavirus”.
Nos dirigimos a usted porque, como católicos activos en nuestras comunidades y celosos de la Sagrada Eucaristía Dominical, nos sentimos profundamente preocupados y alarmados por la carta enviada por Ud. a nuestros sacerdotes, donde da instrucciones de no cancelar la Eucaristía Dominical y, además, aumentar las Misas, a pesar de estar viviendo un tiempo en que se solicita cuarentena y el máximo aislamiento social posible como primera forma de prevención para no propagar el virus.
Sentimos que no es una medida piadosa ni de caridad cristiana insistir en exponer gratuitamente a los fieles y, sobre todo, a nuestros queridos sacerdotes, sólo por el afán de mantener la Eucaristía con fieles. En efecto, nos comunicamos en esta ocasión con usted por medio de la presente para solicitar la cancelación de Misas con asistencia de fieles y cerrar los templos católicos de la Diócesis, a fin de aportar de una manera más efectiva y drástica en la no propagación de este catastrófico virus.
Estamos conscientes que la Eucaristía es el centro y culmen de la vida te todo cristiano; mas, no solicitamos que se suspendan las Misas en sí , sino el aprovechar los medios que existen hoy para la evangelización y, así, hacer de esta crisis una instancia de fe y vida en comunidad, distinta y acorde a los tiempos de hoy.
En el último comunicado que envía a nuestros sacerdotes respecto a la celebración de Misas en estas circunstancias hace mención a San Saturnino y sus hermanos – temática profundamente trabajada en el último Congreso Eucarístico Diocesano –, pero hoy en día nuestra Iglesia no está siendo perseguida, por lo que no requiere que tengamos que hacer mártires a nuestro consagrados y mucho menos a nuestros fieles, utilizando efectivamente las herramientas que están a nuestro alcance para poder seguir viviendo la fe en comunidad por medios no presenciales. El martirio es un acto voluntario, que no perjudica a los demás, y exponer a la feligresía al contagio no es voluntario y perjudica seriamente a ellos mismos y todo su entorno.
Son tiempos especiales en donde se nos pide que todos tomemos medidas distintas a lo que estábamos acostumbrados, y más que nunca hoy sentimos que la Iglesia Católica puede marcar la diferencia. Ya lo han hecho en las Diócesis de Valparaíso, Puerto Montt, Illapel, Copiapó, Ancud, Concepción, La Serena, Chillán, Osorno, San Felipe, Valdivia con suspensión de Misas con fieles; Talca, Temuco, Santiago reduciendo a no más de 5 o 10 personas presentes, incluso Punta Arenas, que ha decido dejarlo a criterio de los párrocos, pero el aumento de Misas se ha dado sólo en Los Ángeles, siendo que nuestra región es la tercera con mayor número de casos confirmados.
Las autoridades han sido enfáticas en llamar a la precaución y aislamiento, ante lo cual algunos de los que firman en esta carta lo pueden corroborar por ser agentes directos del sistema de Salud Nacional, y en algunos casos, siendo parte del directorio de sus gremios. Es por ello que apelamos en esta ocasión a lo que afirma San Pablo en la carta a los Romanos 13, 1-2: “Cada uno en esta vida debe someterse a las autoridades. Pues no hay autoridad que no venga de Dios, y los cargos públicos existen por voluntad de Dios. Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se rebela contra un decreto de Dios y tendrá que responder por esa rebeldía.” Sabemos que autoridades locales de Gobierno han conversado con usted sobre la posibilidad de suspender las Misas, ante lo cual usted responde con negativa y, además, pide al clero el aumento de la cantidad ya existente de celebraciones.
Insistimos, nos duele mucho tener que pedirle que recapacite y tome la medida de cancelar las Misas con fieles y cierre de templos –quien más que nosotros, que vivimos cada fin de semana de la vida parroquial y en torno a la Santa Eucaristía, podemos decir que es un sufrimiento tener que proponer firmemente esto– ya que, tal como informa el Ministerio de Salud, la curva de casos por COVID-19 deben aumentar potencialmente para el 1 de abril, sin considerar que efectivamente las cifras que anuncia el Gobierno no son actualizadas ni transparentes, ya que hoy cada examen para detectar el virus demora entre dos a tres días, lo cual aumenta drásticamente la realidad de lo que se observa (con responsabilidad podríamos afirmar que ya es seguro que hay más de mil casos mientras pasan todos estos días de espera), y es por ello que pedimos a la autoridad que Dios le ha conferido actuar conforme a la altura que esta situación particular está ya exigiendo.
Quienes firmamos nos consideramos católicos comprometidos con nuestra Iglesia y respetamos la jerarquía de la misma, y por ello apelamos a su fibra más humana, guiada de la iluminación del Espíritu Santo, que tome la mejor decisión para nuestra Diócesis, y es por ello que exponemos a usted esta inquietud –que además es compartida por muchos sacerdotes pertenecientes al clero, pero que no tuvieron la oportunidad de manifestarlo abiertamente– y solicitamos que esta medida sea directa, comprometiéndonos en seguir difundiendo desde nuestros hogares el vivir la vida cristiana conforme a las circunstancias. El año pasado muchos luchamos por la defensa de las dos vidas en la campaña contra el aborto, muchos de nosotros participamos de las 24 hrs de oración por la vida del que está por nacer frente al hospital de nuestra ciudad aun cuando se vivían los acontecimientos del incipiente estallido social, y es al mismo principio pro-vida de aquel entonces que apelamos hoy, como pro-vidas por quienes son los fieles.
Para terminar, nos aferramos a lo que se manifiesta en Ezequiel 18, 21-28, en donde queda en evidencia que Dios no quiere la muerte del pecador sino que se arrepienta. Vivamos este tiempo, aprovechando esta cuaresma como verdadero tiempo de recogimiento, reflexión y oración. Es muy probable que, tristemente, los Misterios Pascuales también tendrán que realizarse sin fieles presenciales por primera vez en mucho tiempo, pero les aseguramos que sus fieles de Santa María de Los Ángeles no se restarán, los vivirán con profunda fe y esperanza, a través de los distintos medios tecnológicos existentes, ya que Cristo es el centro de la vida cristiana y sigue presente en los hogares de todos.
Esperando que la presente solicitud tenga buena acogida, pidiéndole bendiciones en abundancia a Nuestro Padre Dios y la protección de María, Patrona de Chile bajo la advocación del Carmen y de nuestra diócesis bajo la figura de Nuestra Señora de Los Ángeles.
Atte.
Laicos comprometidos y conscientes de su Diócesis.
A esta misiva adhieren 169 fieles laicos de la diócesis. Cada uno de ellos fue consultado entre el 21 y 22 de Marzo, y está de acuerdo con el contenido de esta carta.